En una noche calurosa y más bulliciosa de lo usual, Kihyun tardaba más de lo normal en quedarse dormido. Los pensamientos y recuerdos lo atacaban sin aviso y había un sentimiento extraño que no podía definir.
¿Era pena, rabia, vergüenza, miedo? Todo mezclado, quizás.
Últimamente era de la única forma en la que se sentía, llevaba dos semanas faltando a la universidad porque no quería levantarse en las mañanas. No sabía cómo explicarles a sus amigos que no era sueño o cansancio. Había algo más profundo detrás, algo oscuro, algo pesado, que se hundía en los más profundo de su pecho, envolviendo sus huesos, entrelazado en sus músculos, brotando de a poco por su piel, le pesaba, le molestaba, le dolía...
El miedo al futuro, a lo desconocido, al fracaso. El terror a no cumplir sus sueños, a defraudar a los demás. La vergüenza de ser el mismo, incluso a solas en su habitación... ¿Que estaba mal con él? Tenia amigos increíbles, con los que no se podía abrir. Una familia tranquila y cariñosa, con la que no se sentía cómodo.
Se sentía vacío y culpable, porque habían personas que sufrían, tenían problemas reales por las que ser infelices, pero él... No podía ser feliz, no podía sentirse bien con lo que tenía y...
El sonido de su celular cargando en la mesita junto a su cama lo volvió a la realidad, por la ventana se filtraba la luz de la calle y podía ver algunas luces encendidas en el edificio de en frente. ¿Cuántas personas estaban en ese momento haciendo lo mismo que él? Desvelándose, pensando en todo y en nada.
Tomo el aparato y lo desconecto del cable que le impedía volver a su lugar con el teléfono en la oreja y se acostó nuevamente, brazos y piernas extendidas como una estrella en la enorme cama para dos. Las frazadas habían caído al suelo hace horas, pero seguía haciendo calor y fue aún más sofocante cuando al fin descolgó la llamada.
– Supuse que ibas a estar despierto – La voz al otro lado de la línea sonaba floja y aburrida, como si el locutor no estuviera haciendo mucho esfuerzo para continuar despierto.
– Me he vuelto predecible.
–Creo que soy yo el que te ha empezado a conocer mejor – Kihyun no contestó y por algunos segundos solo se dedicó a oír la respiración del hombre al otro lado del teléfono.
Se oía tranquilo y liviano; como todo en él. Kihyun lo envidiaba.
–¿Por qué no vienes? – Preguntó entonces.
–Anoche dijiste que no se repetiría.
–Pero has llamado de nuevo.
–Porque podía sentir tus pensamientos desde aquí.
–Ven a oírlos desde acá.
La llamada se cortó abruptamente y Kihyun dejó caer su brazo a un lado, dejando resbalar su teléfono hasta el suelo. Dejó de respirar cuando el teléfono golpeo el piso y contó hasta 53. La presión en su pecho se hizo insoportable y tomando un respiro largo para rellenar sus pulmones con aire se levantó de la cama.
El frío del piso contra sus pies descalzos se sintió refrescante en una noche tan calurosa como esa, llegó a la puerta justo cuando la persona tras ella golpeaba con sus nudillos y abrió en el tercer golpe. El gran cuerpo en el pasillo entró de un solo paso, tomándolo en sus brazos y empujando la puerta con su cuerpo para cerrar.
Kihyun dejó escapar una bocanada de aire tan pesada cuando su cuerpo choco contra la dura madera de la puerta de entrada que sintió que todo el peso que llevaba sintiendo desde la mañana se iba, su cuerpo se volvía liviano y suave en brazos del otro.
Con ansiedad buscó los labios abultados de su vecino y dejó que guiara su boca en un beso suave como la brisa de verano, pero caliente y sofocante como la misma estación. Sus manos grandes buscaron dentro de la polera que usaba para dormir y acaricio su piel, manos frías contra espalda hirviendo.
Kihyun gimió.
–Hyunwoo – Susurró en su oído, el mencionado se apartó para observarlo fijamente a los ojos mientras se quitaba los zapatos y avanzaba hasta la habitación. –No me mires así – Hablo Kihyun, su voz ronca y apagada.
–¿Como?
–Como si estuvieras viendo dentro de mí.
Hyunwoo miró por sobre el hombro del menor, hacia la habitación a oscuras en donde Kihyun pasaba la mayor parte del tiempo culpándose, odiándose, cuestionándose; y decidió volver al sofá y recostar el pequeño y débil cuerpo del menor con suavidad sobre los cojines. Le gustaría limpiar los recuerdos de ese lugar para Kihyun, pero el se reprochaba cada noche, y cualquier recuerdo que hicieran en el cuarto sería borrado y remplazado por culpa, asco y arrepentimiento.
–Me gusta estar dentro de ti – Delineo con sus dedos la mandíbula del menor y luego limpio las cosquillas con sus labios y dientes. Marcándolo momentáneamente, recibiendo los suspiros en su propia piel.
–Hazlo – Pidió Kihyun entonces, su voz temblando a causa del placer que le causaba su cuerpo sobre el de él. El peso de sus músculos aplastandolo contra el sofá y dejándolo sin respiración – Entra en mí.
Hyunwoo lo besó, separó con sus labios los del menor, aspiró su lengua dentro de su boca y empujó la suya en la contraria, recibió los suspiros de placer mientras sus manos acariciaban, apretaban y marcaban el cuerpo pequeño y débil de Kihyun bajo el suyo. Con sus dientes lo marcó en todos los lugares que quedaban a la vista a medida que lo desnudaba y ya estando los dos, piel contra piel, cuerpos calientes rozándose entre sí, húmedos por los besos y pegajosos por el sudor, se adentró en él. Suave al principio, acostumbrándolo a sus dedos, recibiendo cada gemido y susurro como un regalo en esa pacifica noche en la que solo las luces nocturnas de la ciudad iluminaban sus cuerpos entrelazados, cuando Kihyun comenzó a llorar, remplazó su mano por su miembro y fue el fin de ambos.
Lo embistió fuerte, rápido y sin premura. Se adentró hasta lo más profundo de él, lo recorrió con sus manos, lamió las gotas de sudor de su cuello y Kihyun lo sostuvo, apretándolo dentro de él, sosteniéndolo con sus pequeñas manos desde la espalda y dejando caer sus pesadas lágrimas saladas entre sus cuerpos.
El momento culmine de su encuentro llegó con el primer gemido de Shownu, quien sin poder contenerse más enterró los dedos en las caderas de su compañero y lo obligó a moverse más fuerte contra él. Kihyun se sostenía de sus hombros mientras apretaba sus dientes para no gritar de placer, aunque rápidamente se rindió y dejo escapar cada sonido que su garganta no podía seguir reteniendo.
Llegó al orgasmo solo algunos segundos después que el mayor, y se dejó caer sobre su pecho fuerte y sudado, con un sollozo que hizo a Shownu querer sostenerlo en sus brazos por siempre.
–Deja que me quede esta noche.
Un nuevo sollozo inundó el silencio de la habitación y a lo lejos la sirena de un auto lo secundó. Shownu acarició la espalda desnuda del menor y enredó sus dedos en su cabello, sosteniéndolo con fuerza contra él, hasta que lo sintió suspirar.
–Ya es hora – Murmuró Kihyun después de largos minutos llorando sobre su hombro. Shownu intentó poner resistencia, pero Kihyun se escabulló de entre sus brazos y caminó desnudo de vuelta a su habitación – Esto no se va a repetir – Cerró la puerta tras él, dejándolo desnudo y helado en el sofá que acaba de ser testigo de su apasionado encuentro.
Kihyun se metió desnudo y pegajoso en la cama, se cubrió con las sabanas que habían estado en el suelo y cerró los ojos, entre el camino de lo consciente y lo inconsciente oyó a Hyunwoo cerrar la puerta de entrada y luego silencio absoluto.
Estaba vacío nuevamente.
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『lonely nights』 » showki
FanfictionEn una noche más ruidosa y calurosa de lo normal, Kihyun recibe una llamada.