—No, no ¡Sueltenme, no quiero!
Subaru miraba a través del cristal de la habitación hospitalaria, apretaba los puños para no romper este y llevársela con sigo. No obstante, el daño estaba hecho y unas simples palabras o promesas de protección no serían efectivas para su alivio.
El no era médico, él no era nadie. Ni siquiera pudo ser su amparo cuando estuvo en toda la capacidad.
No había excusa está vez en comparación cuando sucedió con su madre; él no era el niño de ocho años que sencillamente personificaba por totalidad la impotentcia y débilidad, sino un joven universitario capaz de hacer y deshacer.
Está vez no tenía motivación para querer ignorar lo que sucede a su alrededor, dejar de cuidar a una enferma mental; no como lo hizo con su madre y decidió que era lo mejor para los dos. Porque ni para él ni para Yui sería lo mejor.
—¡Subaru-kun! ¡¿Donde estas?! ¡Ayúdame!
Los enfermeros intentaban dormirla, ella rondeaba por la clínica y buscar manera de huir...sin un rumbo
A pesar de que las tres familias no se encontraban ahí.Ella juraba verlos en lugares específicos, o al menos eso le hacía creer su mente engañosa....pero Subaru ¿Donde demonios estaba Subaru?
—¡Donde...dónde estás! ¡Ay! —El pinchazo en el brazo la paralizó automáticamente.
Había perdido la cuenta de cuántas inyección le habían aplicado esa semana, aunque no era peor que los toscos colmillos de un vampiro ajeno a Subaru.
¿Por que aquel trato? ¿Acaso era una vil hazaña de Reiji utilizándola como conejillos de India de nuevo? ¿Cuál era su fin está vez? Llevaba meses encerrada, a veces era dopada, amarrada con camisas de fuerza en enmedio de una habitación enmurada con "Almohadas".
Si, tenía que ser él. Ese hombre debió influenciar a los médicos para sacar provecho.
Decían que estaba loca, ¿Que pasaba con esa hipocresía? Todos incluyéndose él estaban locos, y no es porque fuera su amado Subaru, pero siempre lo consideró el más razonable pese a su mal carácter.
—¿Por que....me dejaste sola?—Hipó—Nos dejaste solos...
La rubia antes de cerrar los ojos miro al desconocido a través del cristal; nuevamente estaba ahí sin comprender su visita.
Tan desconectada a la realidad que no percibía nada de los ruegos del chico para que lo reconociera.¿Quien era ese chico de cabello blanco? No lo sabía, pero le alteraba ver a un extraño hablarle y acercarse tan familiarmente.
—Te juro que nunca quise hacerlo.—Susurró Sakamaki reposando tembloroso una mano sobre el cristal, observando a la ahora dormida chica arrullada entre la anestesia y una camisa de fuerza.— Y no pienso soltarlos a ninguno de los dos.
Algunos generalizaban asegurando que los vampiros no compartían sentimientos frágiles o buenos, una completa farsa inventada por los ancestros fundadores de las razas demoníacas.
Ningún vampiro con sentido común sádico correría a visitar a un demente cada que le autorizaban; dejando de lado el inestable clima.
—¿Por que Yui?
¿Por que de nuevo?
Volvía a sentir sus ojos irritados, una sensación que de meses atrás regreso luego de tantos años. Era el mismo jodido recuerdo de su madre; encerrada y loca literalmente, que en cambio de KarlHeinz no tenía exactamente la culpa.
Él la llevó allá, mas las acciones de los hermanos eran otra cosa.
—E-ella ¿Estará bien, verdad?—Pregunto a un enfermero sin apartar la vista de donde la tenía

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Trastornos-©Subaru Sakamaki (En Edición)
FanficLloró de niño ¿Por que no hacerlo ahora? Entre gruñidos atascados en su garganta y leves lágrimas terminó en el suelo contra la agrietada pared. Tapó su rostro con las manos dibujando un a mueca en sus labios. -Ella...Padece de varios trastornos men...