Sinopsis: "Defectuoso"

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—Raoul cariño, ven un momento.

—¿Qué pasa yaya? —dice el pequeño dejando los juguetes a un lado y yendo al encuentro de su abuela.

—Creo que es el momento adecuado para contarte una historia —le dice su abuela sonriente e inflando los mofletes, exactamente como lo hace él.

—¿El momento adecuado? —respondió el pequeño llevándose las manos a la boca y mordiéndose la uña del pulgar instintivamente.

—Si cariño, pero no te pongas nervioso que no es nada malo —le responde su abuela a la vez que le aparta la mano de la boca dulcemente— tienes que escucharme con mucha atención porque lo que te voy a decir es muy importante.

El pequeño abre los ojos desmesuradamente y se sienta al lado de su abuela para que le cuente aquello tan importante que debía decirle. A la vez que entrelaza sus dedos para evitar morderse la uñas y demostrar su nerviosismo, porque tenía que admitir que se moría por saber de que hablaba su abuela; aunque ya tenía una ligera sospecha.

6 años antes

Raoul se encontraba en la habitación de su hermano mayor jugando con el lobo de peluche que le acababan de regalar a Álvaro por su 12 cumpleaños. Era muy "sovecito" como decía él y sabía que su hermano no se enfadaría con él por estar en su cuarto, le adoraba y eso hasta un pequeño Raoul de 6 años podía notarlo.

Pasados unos minutos oyó a sus padres hablar con su hermano al otro lado de la puerta, estaban en el pasillo y la conversación se escuchaba perfectamente. El problema es que Raoul no conseguía entender lo que decían, su cabeza le decía que hablaban como los mayores y por esa razón no era capaz de entenderlos del todo.

— Álvaro, tienes que entender que tienes un animal dentro, bueno, todos tenemos uno en realidad y eso nos hace únicos —le decía su madre con dulzura.

—Pero mamá es que no entiendo que me estás queriendo decir, ¿cómo voy a tener un animal dentro? ¿A qué te refieres? —gritaba desesperado. Porque sí, ya se consideraba mayor, acababa de cumplir 12 años, pero es que no había vivido una situación tan surrealista en su vida.

—Álvaro, tranquilízate por favor —le pide su padre a la vez que acaricia su hombro.

—Lo que intento decir es que cada persona es representada en su espíritu por un animal, no existen animales iguales, todos tienen una pequeña marca que los diferencia —le dice su madre con una pequeña sonrisa comprensiva— ¿Te acuerdas como de pequeño siempre me decías que soñabas con el mismo lobo gris con cola blanca? ­—Álvaro asiente confundido— pues a eso me refiero cariño, ese lobo que veías en tus sueños es tu animal hijo, el animal que representa tu espíritu.

Álvaro abre la boca incrédulo, sigue sin comprender del todo que están queriendo explicarle, pero por lo menos ahora sabe que no tiene ningún animal dentro que va manifestarse en cualquier momento; por un segundo se vio en una de esas películas de Marvel que tanto le gustan. Al mismo tiempo un pequeño Raoul muy preocupado solo puede pensar que su hermano está en peligro, porque unos lobos viven en su interior, ya decía él que su hermano gritaba mucho cuando se tiraba a la piscina helada, ¡es que estaba lleno de lobos!

—Mamá, ¿y para que sirve todo esto, por qué me lo dices ahora y no antes? —vuelve a decir Álvaro mirando fijamente a los ojos de su madre como si de esa manera pudiera sacarle más información.

—Porque así es como funciona la historia hijo —responde su padre—cada vez que un niño o niña cumple los 12 años es el deber de su familia el tener que contarles este aspecto de sus vidas, ya que desde que has sido pequeño nosotros hemos podido contemplar cuál es tu animal, pero cuando cumples los 12 años esté desaparece definitivamente dentro de tu cuerpo y no se vuelve a manifestar fuera de ti, solo puedes ser capaz de verlo en sueños.

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