Capítulo 4

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Hace un par de días que ya no estaba asistiendo a la academia debido a un permiso que había pedido a causa de las últimas circunstancias por las que estaba atravesando en mi vida, que aunque hubiese insistido se descontará de mis vacaciones fue negado por parte de mi jefe mencionando que no era justo para mí que me descontara de mi sueldo ni de mis vacaciones el tiempo que ocuparía en algo tan importante en mi vida, como era estar con Holly en sus últimos momentos. Quizás en el último tiempo mis esperanzas seguían en que la recuperación de mi pequeño, se daría con la misma facilidad que se puede dar la recuperación de un simple resfriado pero como la mayoría del tiempo, había subestimado la situación ya que cada día él se veía más deteriorado, llegando a tal punto, en el cual ya no había vuelta atrás .

Después de mi última visita a la empresa de Yoongi y de hablar con Zelo sobre todo lo que sucedía, logré entender muchas cosas en aquel breve período de tiempo. Primero que todo, logré entender que a veces aunque tratemos de hacer todo lo posible para que ciertas cosas cambien en nuestras vidas, éstas no la harán y que no debemos esforzarnos más de lo necesario por ello y que incluso, a veces debemos resignarnos y esperar con tranquilidad todo lo que traerá la vida consigo. Otra de las cosas que logré entender en esta última época de mi vida, es que aunque yo siguiera amando a aquel chico que tan feliz me había hecho en aquel tiempo, no valía tampoco la pena esforzarme por volver a retomar aquello que ya había acabado y que, debía enfocarme en aquellas personas que siempre habían estado en mi vida antes de que las perdiera por mi propio egoísmo.

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Mi cuerpo se acomodo con cuidado, sobre mi tan conocida cama, por el temor que sentía de aplastar a mi pequeño bebé. Su cuerpo, casi de inmediato al momento que comencé a moverme, se removió con la intención de encontrar mi calor o por lo menos, eso era lo que yo creía. Un pequeño suspiro salió de mis labios, dejando en el mismo instante suaves caricias sobre la cabeza de aquel pequeño ser, deleitándome con aquella suavidad que poseía su pelaje, la cual esperaba poder recordar durante toda mi vida.


"Buenos días, chiquitito. Sigue durmiendo un poco más, yo ya vuelvo."


Con pereza y dificultad me levanté, con la intención de poder abrir las cortinas y las ventanas que poseía mi habitación para que ésta se ventilara, luego me dirigí al baño para asearme y bajar a ver a mis padres, los que últimamente parecían demasiado preocupados por mi situación y a los que debía tratar de demostrarles que todo lo que estaba sucediendo no me afectaba, o por lo menos, que no me iba a desmoronar con tanta facilidad. Si bien, mi idea inicial después de salir era ir donde mis padres y hablar un poco sobre todo lo que sucedía con ellos demostrándoles que me encontraba bien, no pude evitar que bajo el agua de la ducha todas mis lágrimas retenidas se derramaran sin césar, llegando a causarme pequeños ahogos al no poder controlar todo lo que estaba sintiendo y lo que sucedía a mi alrededor. Me sentía desesperado... Me sentía tan frustrado con no poder hacer nada por cambiar todo lo que sucedía a mi alrededor. Cuando ya me había calmado y me encontraba totalmente vestido, salí del baño para dirigirme a mi cama y revisar a Holly con la intención de luego bajar posteriormente pero antes de que eso sucediera, todo se detuvo a mi alrededor. Mi pequeño, se encontraba soltando pequeños quejidos mientras se removía sin césar, provocando casi de inmediato que mi cuerpo se moviera para tomar mi celular y realizar aquella llamada que había evitado hacer por tanto tiempo. Los sonidos de espera se me hicieron eternos hasta que una voz tan conocida para mí, se hizo presente a través de los parlantes de mi celular aunque, por el contrario a lo que esperaba, no era la voz del dueño de aquel número.

Lo que nos une (Yoonseok)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora