En esta ocasión te escribo a ti, que siempre me has acompañado en mis peores momentos, que has estado conmigo cuando nadie más quiso, a ti, que me has ayudado a tomar decisiones que en ocasiones han salido bien y en otras no; Gracias te doy por enseñarme quienes han sido solo apariencia y no están cuando de verdad los necesito, hoy me despido de ti con gran alegría, de ti, que cuando nadie más me hiso compañía me sugeriste cambiar mis amistades. Tú, que supiste cada momento en que necesite de alguien y permaneciste a mi lado mostrándome mis fallos, convenciéndome de que no soy suficiente y remarcando directamente mis debilidades, espero de todo corazón no verte de nuevo jamás, aunque sé que estarás esperando por mí, realmente deseo no estar contigo nunca.
Con amor, para ti, ingrata soledad.
