Un argumento conductivo es una lista o conjunto de proposiciones o razones denominadas premisas, independientes, que ofrecen una conclusión final.
En un argumento conductivo, las premisas son válidas de manera separada y así favorecen la conclusión. No requieren estar interrelacionadas o vinculadas entre sí, por lo que se dice que son convergentes.
De hecho, aunque una o más premisas fuesen eliminadas, esto no afectaría la relevancia de las demás y la conclusión sería la misma.
Las premisas de un argumento pueden ser verdaderas, falsas o controversiales. De manera particular, los argumentos conductivos pueden incluir “contra-premisas”, es decir, factores negativos que aportan evidencia en contra de la conclusión; en términos cotidianos, serían los “contras” de la lista antes mencionada.
En estos casos, para aceptar o estar de acuerdo con la conclusión de un argumento con estas características, es necesario evaluar qué tan significativas son las razones a favor y aquellas que están en contra.