-!¿CÓMO QUE SOLO PODEMOS TENER EL SALÓN HASTA MEDIA NOCHE?¡ -gritó Miguel consternado.
La planificadora de bodas hizo una mueca por el grito del mexicano y miró al prometido del joven en busca de ayuda. Lo único que recibió fue un encogimiento de hombros.
-Es el contrato estándar con el establecimiento, señor Rivera -le dijo intentando calmarlo-. Es bastante tarde.
-Pero a media noche apenas está empezando lo bueno de una fiesta -contestó el mexicano viéndola con un puchero-. Hirooo, no podemos tener una boda que acabe tan temprano. Mi abuelita nos va a decir que somos unos groseros por correr a los invitados.
-Pues a mi en lo personal no me molesta que se acabe temprano, pero entiendo -lo tranquilizó tomando su mano gentilmente-. Estoy seguro de que hay algo que podemos hacer para que nos extiendan el horario, amor.
El empresario y genio vio a la mujer del otro lado de la mesa con insistencia. Victoria había planeado muchas bodas para gente de la élite, actores, empresarios y una condesa pero la realidad es que el dueño de Hamada Inc le daba pavor. Su prometido, el cantante y productor Miguel Rivera, tenía una fama mucho más gentil pero su entusiasmo y fuertes reacciones le estaban empezando a poner nerviosa.
-Claro, solo sería cuestión de hablar con el dueño y de pagar por ese tiempo extra -le aseguró con una sonrisa tranquilizadora-. Ahora diganme, ¿a cuántas personas han contemplado invitar?
-50.
-150.
Oh no.
-¿Piensas que tenemos 150 amigos? -preguntó el japonés confundido.
-Ahhhh amigos. Perdón -se disculpó Miguel con ambos levantando las manos-. Bueno si, 50 amigos y 100 familiares.
¿Qué?
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-Ehh esos son muchos invitados, señor Rivera -mencionó Victoria. En teoria si cabrían en el salón pero iba a reducir mucho el espacio para la pista de baile, el photo booth y la mesa de postres que normalmente ponía en las bodas.
-Conozco a tu familia y no hay forma de que sean 100 personas -dijo Hiro arrugando la nariz.
-Bueno conoces a mi familia cercana, pero ellos no son todos. Falta mi familia extendida -levantó la mano para empezar a enumerarlos-. Están los Rivera-Pérez, los Rivera-Martinez, los Rivera-González y los Rivera-Lopez.
-¿Quién demonios son todos esos?
-Pues mis primos segundos, mis tíos lejanos y así -explicó con paciencia algo que el consideraba obvio-. Ah no se nos pueden olvidar los Suárez.
-Okay, esos ni siquiera son tu familia.
-¡Pero es la familia de mi tía Estela! -contestó indignado-. Ni modo que no los invitemos solo porque no es mi tía de verdad.
