México conoce a Canadá en una junta de negocios con la ONU, el Maple por su extrovertida y agradable personalidad se enamora de el y le pide un noviazgo a lo que el tricolor acepta, lo que no sabe es que Canadá no es específicamente pacífico, con el...
-¡Es gigantesca!- chilló el mexicano al ver la casa de Canadá -¿Enserio vives aquí solo?
El Maple sintió un leve escalofrío de incomodidad, aquella pregunta le calaba en el alma, pero casi al instante se tranquilizo para sonreír, sabía que pronto dejaría de ser así, tenía la esperanza de que algún día cierto amante del picante y al que amaba se mudará con el, solo era cuestión de tiempo, o días.
-Si... te acostumbras- dijo tranquilo mientras se quitaba su chaleco y lo dejaba en el perchero
-¡Tu sola sala tiene casi el tamaño de mi primer piso! ¡Que envidia!, De seguro tus padres o tus hijos te visitan seguido- alabo el mexicano aunque sin pensar que sus palabras podrían poner en una situación un tanto dolorosa al canadiense, sus estados casi nunca lo visitaban, ni siquiera ottawa lo visitaba siendo ella la más cercana y la más ausente cuando habían reuniones,en el caso de sus padres, los odiaba, a Francia podía tolerarla y tenía cierto aprecio por ella aún, pero a Inglaterra... Casi lo quería llevar a tres metros bajo el suelo el mismo México se dió cuenta de cómo su pareja cambiaba lentamente su mirada tranquila a una de dolor y desprecio que apuntaba simplemente a algún rincón de la gran casa, no quiso preguntar el porque, así que cambió rápidamente el tema
-Hey, honey- hablo el mexicano, sacando de su trance al amante del maple -En el aeropuerto compré algunos de mis dulces típicos ¿apuesta de picante?- sonrió travieso viendo cómo le alzaban una ceja
-Eso me suena injusto mi taquito, pero lo haré por ti- dijo el canadiense a la vez que se le acercaba para darle un dulce beso
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-¡¿A quien de tus antepasados se les ocurrió que esto era comida?! ¡Siento mi boca arder en fuego!- Dijo el canadiense a la vez que buscaba desesperado un poco de agua o leche en el refrigerador
-A caray, no exageres, esto es solo chamoy, es súper dulce y casi ni pica- tomaba un poco más de su dulce "Lucas Gusano" El bicolor mientras su pareja decía eso milagrosamente encontró un cartón de leche entero que no tardó en tomar, logrando por fin apaciguar aquel ardor en su boca
-Eso te parece dulce?! Y yo que pensaba que las salsas picantes de aquí llegaban al nivel de ustedes
Un ligero silencio por momentos se hizo presente antes de que ambos norteamericanos empezarán a reír, sin duda esa había sido una experiencia curiosa
-Chikistrikis, quieres algo aún más picante o crees que hasta ahí es tu límite?- miró retando al de hoja de arce el cual simplemente afiló su mirada
-Puedo con más- y así el mexicano saco de su mochila de mano una variedad de chiles, del menos al más picoso
-Empieza el reto honey~
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