La Maldición De Mi Novia

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La historia comienza hace 50 años, había unas extrañas desapariciones de hombres cuyos cuerpos se encontraban días después. Me llamo Juan José Malavés y soy policía del pueblo, hoy me toca recibir a una famosa mujer y cuando ella llegó fue cuando conocí a María, una extraña mujer, muy diferente. Sus ojos eran azul claro, cabello largo y rizado, no había visto ninguna mujer así en mi vida. Pero algo si les certifico era mágico, como una diosa, me atreví a hablar con ella y sus palabras eran mágicas, pronto terminé enamorado de ella y la invite a salir. Nos conocimos uno al otro, pero tenía un raro presentimiento y no preste atención, una noche en un sueño me dijeron que fuera con una bruja y que ella me lo aclararía todo, fui a donde una bruja del siguiente pueblo que me dijo esto al leer las cartas:

- Ella no es de este mundo.

- Mátala, libérate de ella.

- Ella es una súcubo.

No entendí hasta que me dijo que era un demonio que se alimenta de las almas de hombres para ser bella por una maldición de Satán. Supe que las desapariciones eran por su culpa y de inmediato fui a mi casa y varias veces intente matarla, con veneno, con cuchillos detrás de la espalda y nada, regresé donde la bruja y esta me dijo que la amarrara con una cadena de plata y un cristo, después debía atravesar su corazón con una daga que me dio. 

Ahora ya se que hacer, coloque en su cuello la cadena de plata con una cruz para que no escapara y así fue le di unos tragos, la lleve a la cama y la seduje en ese lugar hasta que se durmió, tome la daga que la bruja me dio y se la enterré en el corazón, ella soltó un gemido muy fuerte que me atormento, llore. Y sin mas que decir escuche su último suspiro, la mire a los ojos y con un lento y calido beso murió entre las sabanas de mi cama, manchando de sangre mi cuerpo. La lleve al río donde la bruja me había dicho y entre las turbulentas aguas la solté y observé como su cuerpo se desvanecía, pero su alma me siguió y me lanzo al río también ya que la cruz se le había soltado y no tenia opción así que nade hacia el cuerpo de el súcubo y coloque la cruz de mi protección. Cuando salí del río y me encontré con la bruja, esta me realizó una cortada en forma de X y dejándome la maldición a mi. 

En ese momento pude ver a María decirme unas peculiares palabras y aun tengo la marca de sus manos en mi pecho y sus últimas palabras en mi mente: volveré por ti. Con estas palabras yo soy el que carga la maldición así que debo alimentarme de mujeres jóvenes para seguir siendo joven. Ya pasaron 50 años desde que yo tenia 25 y aun sigo siendo joven gracias a la belleza de aquella mujer. Aun tengo la esperanza de morir algún día y poder conocer a la verdadera María, la diosa que me marco la vida.

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⏰ Última actualización: Sep 28, 2014 ⏰

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