Único

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   El tacto.

   El sabor.

   Las mordidas.

   La sensibilidad.

   El placer.

   Son muchos los factores los que entran en campo a la hora de jugar, ¿no es así?

   Lo bien que se siente.

   Lo obsceno.

   Lo delicioso.

   Y lo mucho que Jimin quería sentir entre sus manos la exquisita piel de Yoongi. ¿Es que no lo han visto? Se ve tan lechosa y brillante. Desea poseerla. Las pupilas se le dilatan al verla, su presión arterial sube cuando tiene la dicha de encontrar al pálido lamiendo sus labios, enloquece con ver esos pequeños y felinos ojos. Oh, sí que desea poseerlo. Desea escuchar sus gemidos llenando toda la habitación, saliendo de su linda boca. Desea ver ese destello de lujuria brillando en sus ojos, que es imposible que no resalte en esos momentos. Pero, esperen; sí que podía poseerlo. Si justo en ese momento lo estaba llevando a su departamento. Y se estarán preguntando cómo pasó.

    La verdad no fue tan difícil. Le estaba enseñando un ejercicio de Química que Yoongi no estaba entiendo.

—Entonces, si me encuentro con un sustituyente en el carbono cinco… —su discurso se vio interrumpido por una mano que acariciaba su muslo, sacándolo de órbita. Volvió su vista hacia el chico a su lado—. ¿Qué crees que haces?

—No pienses que no noto como me miras, Park. Se nota a kilómetros de distancia tu deseo por mí —dio un leve apretón en su rodilla—. No soy tonto, sé lo que quieres.

—¿Cómo sé que no es una clase de juego? Probablemente tengas una cámara escondida y luego te burles de mí en todo el instituto —al terminar la oración, Yoongi soltó una pequeña risa y acarició su mejilla.

—Oh, cariño. Créeme que no es ningún juego. ¿No te has dado cuenta de cómo me traes? ¿Acaso es necesario que me abra de piernas frente a ti para que lo entiendas? —tomó su rostro y lo miró directo a los ojos—. Quiero que me folles, Jimin. Que me hagas llorar de placer. ¿Ahora lo entiendes?

   Luego de eso recogieron sus cosas, se fueron y ahora se encontraban entrando a la casa del menor. Al cerrar la puerta acorraló a Yoongi contra la misma y rozó sus labios.

—¿Qué tanto lo deseas?

—Corazón, para que te diga esa clase de cosas tengo que estar muy excitado; y aún no estás haciendo mucho —esbozó una sonrisa burlona, haciendo que sus labios se rozaran nuevamente. Aquella acción hizo que Jimin lo besara de manera hambrienta. Era un beso de calentamiento, no demasiado sucio, pero sí lujurioso. Los chasquidos se escuchaban por todo el pasillo de la entrada. Las mordidas sobraban. La temperatura comenzaba a subir y la ropa estaba de más. Jimin le sacó la camisa y, con las yemas de sus dedos, acarició suavemente sus pezones, sacándole un suspiro. Lamió y chupeteó de manera delicada el derecho, dándole un mordisco, pero sin ser muy brusco. Podría gustarle jugar, pero le gustaba comenzar suave para desesperar a su pareja, le parecía más excitante, además de que la partida duraba más. Yoongi estaba jadeando demasiado, haciendo sonreír a Jimin.

—Al parecer te gusta mucho, ¿no es así? —levantó la vista.

—Soy muy sensible, Jimin. ¡Ah! —soltó un gemido algo alto debido a que su lindo y tierno pezón izquierdo había sido chupado—. No puedo controlarlo.

—¿Qué pasaría si te digo que me encanta que seas tan sensible? —se irguió y tomó con fuerza las caderas de Yoongi, apegándolo a él.

—Oh, Jimin. Por favor, ya hazlo —le dio un corto beso—. Lo necesito.

sensitive ; jimsu [o.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora