Epi.1

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Eran pasadas de las siete de la noche, me encontraba un poco molesta en la densa oscuridad frente a la puerta de mi departamento con una linterna apagada en una mano y un martillo en la otra.

¿La razón?

La puerta parecía que iba a caer de un momento a otro. Alguien la golpeaba de forma brutal y rápida sin descansar hace veinte minutos.

Pero lo verdaderamente aterrador era que cuando llegué a las cuatro de mí trabajo; había una nota pequeña que había sido deslizada bajo la puerta.

Y esta decía, "Sin importar lo que escuches o cuán aterrador se sienta. Bajo ningún motivo, hagas un sonido o abras la puerta vecina. :) "

En éste pequeño edificio, todos los vecinos nos conocíamos, así que era muy probable que alguien se quiera vengar por las estupideces que mi novio hace en ocasiones.

De pronto, el golpeteo cesó; permanecí en el mismo lugar varios minutos.

"¿Hay alguien ahí?" usé la linterna de mano e iluminé un poco el pasillo de aquel piso en el hotel.

"Peniel, si esta es otra de tus bromas será mejor que termine ahora" intenté sonar molesta.

"¿Hye?" Erick llamó desde la puerta.

"Oh, hola cielo." volteé a él dándome paso en la oscuridad.

"¿Qué hacías aquí amor?" Erick me envolvió en sus brazos, luego dejó un beso en mi frente.

"Estuvieron tocando la puerta de nuevo" aclaré entrando en el departamento.

"Debió ser Peniel," dijo colocando su abrigo en el perchero, "¿Hace cuando se fue la luz?"

Abrí la ventana para refrescar un poco el departamento.

"Cuando llegué del trabajo, ya no había luz," comencé a explicar mientras me sentaba en el sillón, "bajé a recepción a preguntarle al señor Kyuhyun, pero no estaba".

Miré a Erick acercarse con velas encendidas y dos pizzas en la otra mano.

"Maldición Erick, los vecinos siguen molestos por tu última fiesta, y yo no he terminado de pagarles a los del piso cinco." pasé mi mano en mi rostro irritada.

"Cariño, te he repetido muchas veces que no fuimos nosotros. No te molestes" expuso acariciando mi rodilla

"Erick Nam, siempre que tus "amigos" hice la típica señal de las comillas con mis dedos, "vienen, terminan ebrios, drogados, en problemas, yo pagando sus mierdas y tú revolcándote con una zorra nueva" dije fría y muy familiarizada con sus visitantes.

"Traje tu pizza favorita cielo" él me pasó las cajas y abrió una.

Sonreí al ver mi pizza y tomé un trozo, "Bien, pero dormiré en nuestra recamara, si vas a coger hazlo en la sala y sin muchos gritos, que en lugar de sexo parece un puto exorcismo".

"Cariño" Erick puso una maldita expresión de seriedad, "yo sería incapaz de hacer algo como estar con alguien que no seas tú. Porque solo te amo a ti"

Tenía la boca llena de pizza que al terminar él su gran mentira, le escupí en el rostro.

"También te amo mi amor" sonreí sarcástica.

Y antes que una infernal pelea comenzara la puerta comenzó a ser golpeada.

"Ya llegaron," sentenció quitando los restos de migajas de su rostro.

Cerré la caja de mí pizza, tomé una vela pero antes de caminar a mi habitación miré a Erick aún más molesto que antes.

"Es para ti" bufó casi con asco.

"¡Hermanita!" Peniel gritó.

Una genuina sonrisa apareció en mi rostro, "Peniel" lo llamé con amor.

Mi hermano me tomó en sus brazos y miró las cajas de pizza.

"Hoy me quedaré con ella" miró a Erick con molestía y antes que mi novio se negara, Peniel siguió, "y por favor, revuelcate con tus putas en silencio, la última vez llamé a los bomberos"

"¿Así?" levanté una ceja mirando a Erick.

"Sólo jugábamos con los chicos, mi amor, no creas lo que él dice, ¿Cierto?"

"Llamaré a la policía ésta vez" Peniel amenazó.

Y sin más caminamos a mi habitación.

"Hye, odio a tu novio" Peniel una vez más me aclaró sus sentimientos hacia quien se encontraba en la sala.

"Es bueno, aunque no lo parezca, además, todos tenemos defectos Peniel"

Ambos miramos como la luz de velas al otro lado de la puerta se alejaba.

"Muy bien, ya podemos hablar tranquilos" le aseguré a Peniel mientras volvía a abrir la caja de pizza.

"Es un imbécil" dijo Peniel antes de llenar su boca con el trozo de pizza.

"¿Estás listo para esta noche?"

"Hermana, eres lo único que tengo, no me gusta el hecho que ellos compartan techo contigo" Peniel tomó mi mano y sonrió.

"Gracias Peniel" agradecí.

"¡Es hora de la fiesta!"

Escuchamos como un estúpido gritó en la entrada.

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A traves de la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora