capitulo 3

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El lugar olía a whisky y a humo. A ___(tn) no le resultó desagradable, era parte del ambiente del local. Un ambiente de luz tenue que iluminaba el escaso escenario. Las mesas cuadradas y poco más grandes que un plato de postre abarrotaban la sala y, aunque la mayoría estaban ocupadas, apenas había ruido.

____(tn) llegó a la conclusión de que en sitios como aquél la gente hablaba susurrando; planeaban romances o disfrutaban de los ya existentes.

Sentados a una barra de robusta madera, otros clientes bebían sus copas y las protegían con los brazos como si alguien fuera a robárselas.

Era un lugar propio de una película de los años cuarenta. Una de esas historias en las que la heroína llevaba vestidos largos y estrechos, los labios pintados y el cabello rubio cayéndole sobre la cara, mientras cantaba canciones que hablaban de todos los hombres que le habían hecho daño.

Mientras ella cantaba, el hombre que la deseaba, y que le había hecho daño, hundía su mirada pensativa en un whisky.

En otras palabras, pensó ___(tn) con una sonrisa, era un lugar perfecto.

Esforzándose en no llamar la atención, ocupó una mesa junto a la pared del fondo del local y lo observó entre el humo y los vapores del whisky.

Iba vestido de negro. Vaqueros y camiseta metida por dentro del pantalón. Se había quitado la chaqueta de cuero con la que se había protegido del frío. Estaba hablando con una mujer guapísima ataviada con un estrecho vestido rojo, que marcaba las curvas de su cuerpo. Su risa retumbó en toda la sala con enorme sensualidad.

Fue entonces cuando ___(tn) lo vio sonreír por primera vez. Aunque el modo en que sus labios se curvaron e iluminaron su rostro no podía describirse como una simple sonrisa. Era un gesto lleno de diversión, afecto y sentido del humor. Un gesto que hizo que ___(tn) sonriera también.

Supuso que la bella amazona debía de ser su amante. Y tuvo la completa certeza de que así era cuando ella le agarró el rostro entre ambas manos y lo besó. Por supuesto, pensó ____(tn), un hombre así, lleno de secretos y misterios, tenía que tener una amante exótica con la que se encontraba en un lugar oscuro y lleno de humo, ambientado por música triste y sensual.

La escena le pareció tan romántica que de sus labios salió un suspiro.

Ya en el escenario, Delta le dio un cariñoso pellizco en la mejilla a Cameron .

—¿Ahora te siguen las mujeres?

—Es una lunática.

—¿Quieres que pida que la echen?

—No —no se volvió a mirarla, pero podía sentir sus enormes ojos verdes clavados en él—. Me parece que es inofensiva.

Los ojos castaños de Delta se llenaron de un brillo malévolo.

—Entonces tendré que fijarme bien en ella. Tengo que ver cómo es la mujer que acosa a mi querido labios de azúcar. ¿No crees, André?

El tipo delgado que se sentaba al piano levantó la mirada de las teclas y sonrió levemente.

—Pero no le hagas daño, Delta. Es muy jovencita. ¿Preparado? —le preguntó a Cameron

—Empieza tú, yo te sigo.

Mientras Delta abandonaba el escenario, los dedos largos y finos de André comenzaron a hacer magia con las teclas del piano. Cameron se dejó llevar por las notas y, con los ojos cerrados, dejó que la música fluyera.

La melodía lo arrastró. Conseguía hacer desaparecer de su mente las palabras, la gente y las escenas que a menudo lo aturdían. Cuando tocaba no existía nada más que la música y el placer de producirla.

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