Prólogo.

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"—Oh, dulce y puro ángel mío, pobre de vuestra alma que fue atormentada bajo las manos del angustioso amor... No podéis otorgarles de nuevo a los vanagloriosos mortales el excitante placer que es tener la posibilidad de destruir la ilusa esencia de un querubín como vos lo eres; así que le ruego, preciosa mía, que ocultéis todo amor que hayáis asegurado para éstos, puesto que no lo merecen; llévalo al recoveco más recóndito que conozcáis y una vez allí, entiérralo sin más."


Es así como un hermoso espíritu en el que se resguardaban unas inocentes intenciones fue perjudicado y maltratado, demostrando que el amor es un asunto mil veces más enfermizo, quisquilloso y dañino que la mismísima muerte agonizante.

inafortunada limerencia ;; chaelisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora