【 𝕌𝕟𝕠 】

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Roma, Italia. 2012.

Nuevamente en prisión. Nuevamente una pelea saliendo del instituto, en esta ocasión, contra unos sujetos, luego policías. ¿El motivo? No quiso decirlo.

ꟷ Jouta Kujo, pagaron su fianza. – dijo el guardia de su pequeña celda en la jefatura, mientras abría las rejas de esta. – Sal de aquí, pequeña basura.

ꟷ No recuerdo haberme metido con usted, no entiendo el insulto. – gruñó, mientras se disponía a irse de ahí cuanto antes.

ꟷ No, pero basta con ver quien vino por ti para saber que no eres fiable, solo vete. – se dio vuelta el guardia, guiándolo a la salida de las instalaciones.

Jouta no podía estar más confundido. Desde hace casi dos años vivía solo en Italia, todo por una beca que adquirió, y mantenía contacto discreto con sus padres, quienes vivían en Japón y, al juzgar por la expresión de ese guardia, no sabía quien podía ser. Salió con cuidado de la jefatura. Para su fortuna, las cámaras de seguridad afirmaron que él se había defendido, y que sus agresores dieron el primer golpe, pero no le sorprendería si amigos de esos sujetos volvieran por más.

Entonces lo entendió.

Frente a la estación, una bella limosina negra lo aguardaba, y recargado en ella, un joven de morena piel, a quien conocía de sobra.

<< De eso se trataba. >> Pensó, mientras se dirigía a ese joven italiano.

ꟷ ¡Hola, Mista! Tiempo sin vernos. – sonrió, ofreciendo su mano al mayor. Pero tal parecía que el tetrafóbico no estaba tan feliz de verlo, en contra parte.

Un golpe en su cabeza de forma suave, pero con todas las malas intenciones del mundo, llegó a la cabeza de Jouta, mientras se veía en los gestos de Mista que deseaba golpearlo con verdadera fuerza.

ꟷ También me alegra verte, Mista. – dijo Jouta, acomodando su gorra con suma confusión.

ꟷ ¡Me da coraje como logras meter en problemas a Giorno tan seguido! ¡¿No pagué tu fianza la semana pasada por empujar a alguien a la fuente?! – replicó, con los movimientos exagerados de siempre. Jouta conoció a Mista tras conocer a su jefe, se llevaban bien la mayor parte del tiempo, pero definitivamente, no se puede jugar con el trabajo del pistolero.

ꟷ ¡Esta vez tuve un motivo, puedo asegurarlo! – reprochó de regreso, pero Guido no parecía creerle, incluso de cruzó de brazos, esperando esa explicación. – Solo créeme, hombre. Ya, vámonos. – Subió a su transporte, mientras Mista se tomaba su tiempo haciendo rabietas.

ꟷ ¡Pero le dije que ese chico le traería mala suerte! ¡Le dije que traería problemas! ¡"¡Pero, Mista..."! ¡Pero nada! – Criticaba, mientras buscaba subirse a la limosina. - ¡Siempre gastando dinero, siempre de viaje! ¡No puede esperar a vacaciones como la gente normal! ¡Que agradezca que Giorno le consiguió la beca para tenerlo cerca!

ꟷ Oye, puedo oírte, ¿sabes? – Jouta cruzó las piernas en el asiento de atrás, aunque algo irritado por los comentarios del mafioso. – Desde que les dije que nací el 4 de abril, te volviste loco.

ꟷ ¡Tú solo tienes dos cuatros, eres un mal augurio! ¡No sé cómo Giorno se fijó en ti! – y encendió el motor.

ꟷ Llévame a mi departamento, no tengo tarea, pero acabo de comprar unos videojuegos que quiero probar. – sonreía, amaba molestar a Mista. << Tiene poca temple. >> pensaba seguido.

ꟷ ¡No soy tu chofer, niño! ¡Vine por ti sólo por petición de Giorno! Como todas y cada una de las veces que te recojo. – gruñó, volteando a verlo.

La mia stella | Giorno x Jouta posting.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora