La primera clase luego de las vacaciones había concluido de manera excelente. MinGyu y Hao, habían recibido la excelente noticia que su próximo profesor no vendría, así que, podrían irse antes de lo que esperaban. —Enfermo hace unos días —dijo el directivo que fue a avisar. Y no perdieron tiempo en guardar sus pertenencias.
—Oye Min... ¿qué harás? Les avisaré a los chicos que no nos esperen a la salida porque no volveremos con ellos... bueno yo no, pero no sé tú.
—Sí, avísales. Pero, yo me quedaré un rato más por aquí, iré a hacer unas cosas y luego volveré a casa —tomó sus cosas y antes de alejarse de él, le dedicó una sonrisa—. Seguro nos vemos en la tarde, Hao.
El nombrado lo observó y asintió de manera lenta, con una sonrisa. Ambos se despidieron uno del otro y cada uno fue por su camino.
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Yugyeom se encontraba junto a JeongGuk terminando su primera clase. La habían disfrutado más de lo que pensaban, ya estaban acostumbrados al estar en contacto con cadáveres putrefactos y mal oliente, así que no fue mucho problema para sus fosas nasales y menos para sus estómagos de acero.
A diferencia del resto de sus compañeros, ellos dos eran quienes terminaban la clase sin vomitar su desayuno, hasta incluso se podía llegar a decir que les daba más asco ver a sus compañeros vomitar que a un cuerpo en mal estado. Aunque al principio casi se desmayan y hasta llegaron a vomitar, ahora todo eso era cosa del pasado.Entraron a los vestidores/duchas que se encontraban saliendo del edificio-morgue en donde podían quitarse la indumentaria que traían encima. Tenían cierto tiempo de descanso antes de entrar a la siguiente clase, cada uno tenía su locker con cosas que ellos dejaban anteriormente allí. Como ropa limpia, toallas, cosas necesarias para su aseo y alguna otra pendejada que quisieran poner allí.
Esto era para asearse en el caso de que les quedará impregnado algún olor fuera de lo común, algún olor grotesco. Porque claro, no podían asistir a la siguiente clase oliendo así. Si la morgue fuera la última clase del día, sería más fácil para ellos porque irían directamente a asearse a su casa. Pero no. Tuvieron que poner las autopsias a primera hora y no les quedaba de otra opción que bañarse en el instituto.
Todos hacían lo mismo, al entrar al vestíbulo, comenzaban quitándose la bata, luego los guantes y el barbijo, tirando todo en la basura. Luego quitaban sus ropas poniéndolos dentro de una bolsa y entraban a las duchas, no sin antes llevarse allí dentro sus pertenencias. Una vez fuera, se dedicaban a secarse y cambiarse, dado que eran todos hombres no había problema en verse desnudos. Aunque a pesar de eso, algunos, lo más tímidos, decidían cambiarse dentro de las duchas donde no los vieran. Ese tiempo en el vestidor, era un "recreo", donde tenían alguna conversación del cualquier tema, o aprovechaban para sacarse las dudas sobre algún aspecto de la clase. De todas maneras, el tiempo no era mucho, así que debían hacer las cosas lo más rápido que podían.
—Yo no entiendo porque no te cambias aquí fuera, Kook —reprochaba su mejor amigo.
—Deja de quejarte sabes que soy tímido cuando se trata de que otros me vean sin ropa —Respondió JeongGuk, haciendo que su amigo sonría -reacción que no había podido ver por estar tras una cortina-.
—Vale apúrate que no tenemos demasiado tiempo.
—Joder, como odio esto. No tenemos tiempo para nada, 30 minutos no son suficientes para concluir todo —habló uno de sus compañeros, mientras ajustaba su pantalón. Unas voces se hicieron presentes acotando su queja y otras asegurando que tenía razón con lo que decía.
—Lo sabemos, JunHong. Pero no nos queda otra opción más que aceptarlo. —agregó otro chico desde dentro de las duchas. —Ah no ser... que quien mejor se lleva con los directivos del Instituto presente una queja en nombre del grupo. —nadie dijo nada. Pero todos sabían a quien se refería su compañero. Todas las miradas se posaron en quien salía de la ducha secándose el cabello.
JeongGuk, sonrió.
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You aren't what I want
Short Story-[...] deja de sonreír como idiota y dime para que me citaste aquí -El castaño observaba a su sonriente amigo esperando que hablara, mientras el mantenía el ceño fruncido. [...] No seas grosero [...]. Sé lo que sientes por él, ya no tienes porque oc...