Una boda, Ricardo y Helena , por poner algún nombre, fiesta, familia, banquete.. etc
Todo va bien, viven el día a día y son felizes con la llegada de un niño, su niño, Ignacio Fernández Sobrín guapísimo e inteligente, ojos oscuros con aureolas claras reflejadas en su mirada, pelo oscuro como el carbón brillante a la luz del sol, pies manos y cuerpo pequeño , como todos los niños y una nariz particular, la nariz Sobrín fina acabada en una curva redonda que hace la punta de la nariz como si fuera la parte contraria a Maichel Jackson.
La familia ya estaba montada, no terminada el quería una niña. La esperaba como si de su vida se tratase, quería mucho a Ignacio, pero necesitaba la mirada de una pequeña hija, la cual, llegó dos años un mes y un día mas tarde 24-11-98, una niña rubia con el pelo rizado como colitas de cerdo, ojos de un tono como mezclar agua con barro, gordita, al contrario que Ignacio, una gran sonrisa, para Ricardo perfecta, llego el momento de llevarla a casa y Ignacio reñía y reñía.
Mama, ponle los patucos a la tata pa poer juga con ella al fulbol
