La cita a ciegas

171 23 19
                                    

No fue hasta que llegó la noche cuando se vio a un chico de cabello castaño acostado en su cama y en su mano había un libro que estaba hojeando.

-¿Sigues leyendo eso?- preguntó una voz.

-No es asunto tuyo.

Con las cejas fruncidas, le respondió -En serio Jim, debes dejar de sumergirte con ese tipo de libros.

-Son de mitología. Agradece que leo cultura- dijo Hawkins -Deja de molestarme ya Peter.

-Mira, solo estoy tratando de ayudarte a que seas sociable- razonó el chico pelirrojo -He estado teniendo citas a ciegas y tú ni una sola vez has ido.

-Te dije que no lo necesito- Jim gimió, algo cansado del mismo tema -¿Qué quieres de todos modos?

-Mira, he establecido otra cita a ciegas para ti y...- fue interrumpido.

Jim se apoyó en sus codos para estar más cómodo en la cama y ver a su amigo -¿Y?- instó a Peter.

-Ella es una autora- dijo, caminando hacia él -¿Qué tal si intentas leer esto mientras tanto?

-¿Qué te hace pensar que eso me va a gustar?- preguntó Jim, mirando el libro que Peter tenía en la mano como si fuera una abominación.

Era un libro corto pero decente, tenía un nombre atrayente y colores que combinan con el título. Aunque claro, Hawkins no pensara igual.

-Solo, confía en mí, te gustará. Además de que tiene que ver con sirenas y que yo sepa, esas también son cosas mitológicas- Peter dijo, casi sonaba como si estuviera suplicando. Luego le entregó dicho libro -Ella es una amiga mía, y es ridículamente amable, una verdadera novia.

-¿Asi que...?

Su amigo levantó las manos con exasperación.

-¡Así que quiero que en realidad vayas a esta cita a ciegas por una vez, sé bueno y asegúrate de que ella disfrute la cita!

-Ni siquiera estuve de acuerdo en ir a esa maldita cita a ciegas que estableciste- atacó Jim.

-Te forzaré si tengo que hacerlo- dijo el pelirrojo con convicción. Luego se apartó de su agresivo compañero de apartamento y se dirigió a la puerta. Justo antes de dejar la habitación de Jim, miró por encima del hombro -La cita a ciegas es dentro de una semana. Volveré a molestarte hasta la fecha mencionada.

El castaño puso los ojos en blanco tan pronto como él cerró la puerta de su habitación.

«Como si yo hubiera aceptado eso...» pensó.

Sus ojos recorrieron la portada del libro que se vio obligado a recibir, mientras sus delgados dedos se deslizaron sobre su superficie.

-Voy a echar un vistazo.

(...)

Tres días después, Jim salía a comprar comestibles. Sin embargo, su mente estaba en otra parte, ya que pagaba por sus cosas.

«¿Cuándo va a lanzar el próximo libro sobre esas sirenas?»

-Eso será 13 dólares por favor- el cajero dijo después de escanear los precios -¿Joven?

La cita a ciegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora