Dia 1

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Estoy en el trabajo aguantando las ganas de llorar intensamente, mi novio me había pedido tiempo, en una confusa ruptura que aún no entendía, más bien no asimilaba.

La empresa dónde trabajaba hasta ese día fue clausurada por el no pago de impuestos y ahora bebía a las 10 am con mi jefe drogadicto y mi nueva amiga extranjera. Nada tenía sentido, todo esto era un poco loco pero aún así de cierta forma lo disfrutaba, porque dicen que el desamor es lo que te hace sentir vivo aunque yo sentía que moría lentamente cada que respiraba.

---Chama, no es para tanto, estaba hasta feo el tipo.

Yuri, mi nueva amiga trataba de consolarme tras conocer acerca de mi ruptura amorosa. Y no, el no era feo, no es feo.

---Pero a mi me gustaba.

Doy un sorbo a la lata de cerveza que tenía entre mis manos.

Las promesas que te hacen ¿A dónde van?

Yo no prometo nada que no pueda cumplir.

Me sentía terriblemente mal, al menos no estaba tan sola, tenía a está nueva amiga sin casa y sin nadie, ella haría que olvidará un poco mi triste vida.

Llegó la noche junto con el insomnio, el llanto y los recuerdos.

Borrar fotos era lo primero que se me vino a la mente, pero al hacerlo no podía de dejar de pensar en lo mucho que me gustaba y lo quería.

Era una soltera más, me aterraba un poco en sentirme como parte del ganado ahora.

Entre tanto pensar, amaneció, y yo, yo no podía dejar de pensar en que aún podría recuperar a mi ex.

¡Pero si fue un maldito conmigo!

Un día simplemente me dejo, un día dijo amarme y al otro día pidió tiempo. Busqué en sus redes sociales, sabía que había alguien más y entre eso encontré un comentario un poco romántico a una de sus fotos proviniente de una mujer desconocida.

Suerte mi campeón....

Esa frase reboloteo en mi cabeza durante todo el día al igual que la imagen de aquella mujer de enormes pechos, operada seguro.

Había sido cambiada indudablemente, era un hecho, una verdad que el no se atrevió a contarme.

---¿Qué color?

Olvidaba mencionar a mi jefe drogadicto y a sus huéspedes, tres homosexuales, estilistas.

---¿Cuál me recomiendas?

Uno de ellos ahora iba a tinturarme el cabello.

---En este cabello...Sólo el rojo podría quedarte.

Siguió explicándome acerca del color que me pondría pero no le presté atención.

---Si, si...Esta bien.

Fue lo único que dije para luego seguir divagando en mis pensamientos.

No habrá nadie como el, su sonrisa, sus besos, sus caricias.

¡Dios! ¿Cómo voy a superar a ese hombre?

Me torturaba constantemente mientras esperaba una llamada o un mensaje suyo diciendo que se arrepentia de la decisión que había tomado.

De lo único que si estaba segura era que, corazones rotos crean cuerpazos así que fui al gimnasio esa noche.

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Xoxoxox

El Escritor/asesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora