One

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Habían pasado cinco años desde que Steve Rogers y Natasha Stark se habían dejado de ver, y sin mucho éxito ambos habían intentado continuar con sus vidas.

Natasha se había instalado junto a su mejor amiga, Pepper, en una cabaña en Westchester demasiada alejada de la ya no tan escandalosa ciudad de New York, un lugar en el que verdaderamente intentaría encontrar paz luego de haber perdido todo lo que amaba incluyendo a Steve, mientras que Steve se encontraba ayudando a los demás a continuar con sus vidas luego del chasquido que arrebato la mitad de las vidas del universo.

— Pareces muy pensativo, Steve. — Luego de una de esas reuniones semanales, Steve tuvo la idea de visitar Romanova la única persona a la que ahora era cercana, aunque realmente el ánimo que tenía en esos momentos no lo hacia la mejor compañía..

— Es 17 de agosto.... — El soldado estivamente llevo su mano a la donde antes había tenido su argolla de matrimonio. —

— Steve, pasaron cinco años, intentaste arreglar las cosas luego de que bajara de esa nave, Stark no te quiso escuchar... Ni siquiera tiene deseos de comunicarse con nosotros, es hora de que dejes de pensar en ella, continúes con tu vida, y seas feliz. — Natasha suspiro y se sintió culpable por dar un consejo que ni ella misma podría seguir, y es que sin importar cuantos años pasaran jamás lograría superar la perdida de Bucky.

— ¿Sabías que estuvo embarazada? — Rogers levanto la mirada para encontrarse con la de Romanova, en sus ojos pudo ver la sorpresa. — Cuando paso nuestro enfrentamiento en Siberia ella estaba embaraza, ni siquiera ella lo supo hasta que lo perdió. — Desvió la mirada, e intento tragar el nudo que se le había formado en la garganta. — Me lo dijo antes de que se fuera, había tanta ira en su voz que entendí que me odiaba por eso no la volví a buscar, aunque aún la amo. — El soldado no pudo contener las lágrimas por aquel ultimo recuerdo con la mujer que amaba, la culpa lo carcomía, se odiaba a si mismo por no haber estado con ella.

— Esa mujer te amaba con locura, y ese no clase de amor no es algo que desaparezca tan fácil. — Respondió Natasha tratando de animarlo. — Créeme el hombre que ame casi me mata y aun así jamás deje de pensar en él. — Sonrió débilmente y continúo. — Si estás dispuesto a volver a verla Rodhes podría decirnos donde encontrarla, sabes que te ayudaría. —

Su conversación fue interrumpida por las alarmas del exterior del complejo, aparentemente había un intruso, aunque en realidad se trataba del mismísimo Scott Lang.

Romanova y Rogers se llevaron una gran sorpresa al escuchar la historia de Scott, pero la mayor sorpresa que se llevaron fue la esperanza que este último les había dado. Era posible que hubiera una oportunidad de recuperar a todos los que perdieron, de revertir los efectos que del chasquido, pero no iba ser fácil y para ello tenían que buscar a la única persona capaz de crear cosas extraordinarias, y no perderían tiempo para ir a buscar a Natasha Stark. 

[...]

Natasha estaba se encontraba escondida en un armario, tenía la respiración agitada pues había corrido por toda la casa para esconderse. Mordió su labio inferior para no emitir ningún ruido cuando vio una sombra pasar cerca de la puerta, pero ni eso sirvió para ocultar su paradero pues la puerta se abrió de golpe y un grito escapo de sus labios al momento que una dulce voz se dirigía a ella.

— ¡Te encontré! — Casi al mismo tiempo de terminar de hablar una pequeña niña no mayor a 5 años se lanzó a sus brazos, y la castaña se inclinó para podar cargarla.

— Así es pequeña Moguna, pero ahora debemos ir a comer o nos van regañar a las dos. — Con la niña en brazos camino hasta el comedor en donde se encontraría con Pepper.

— Morgan, tenías que ir a buscar a tu tía para comer, no quedarte jugando con ella — Regaño Pepper a su pequeña hija mientras la castaña la dejaba en una de las sillas.

— Fue mi culpa, yo inicie. — La defendió de inmediato mientras se sentaba a su lado.

Pepper solo negó al escucharla, hiciera lo que hiciera jamás lograría que Natasha no la salvara de sus reprimendas, pues era su adoración. Así había sido desde el día en que le había confesado a su amiga que estaba embarazada después de una corta relación con Happy. Sentía que su hija había salvado a Stark del hoyo de oscuridad en el que estuvo sumida desde que había perdido a su hijo, junto con el hombre que amaba y más tarde a su protegido.

— Srita Stark, un auto registrado a su nombre está entrando al perímetro, hay tres sujetos dentro ¿Quiere que los deje continuar? —

Por la mente de la castaña pasaron los rostro de todas las posibles personas que podrían verla, pero ninguna de ella fue Rogers, no podía olvidar el rostro de la última vez que lo vio, tan desanimado, tan culpable... y aunque una pequeña parte se alegró del cómo se sentía el, la otra parte la parte que lo amaba se sintió mal, porque aquella pena deberían haberla estado pasando juntos.

— Déjalos llegar, si usan uno de los autos que están a mi nombre no puede ser nadie extraño, descuida. — Aun asi no estaba segura de querer ver a alguien que no fuera Rodhes o incluso Nebula... ellos eran las dos únicas personas en las que podía confiar.

Natasha se levantó de la mesa, y le pidió a Pepper que ni ella ni Morgan salieran, nadie salvo sus dos allegados sabía de la existencia de su sobrina, y por alguna razón quería que así continuara. Se quedó mirando por la ventaba hasta que vio el auto acercarse, solo en ese momento fue que camino hasta el porche para esperar a quienes estuvieran dentro.

Tres puertas salieron, piloto salió Romanova, de la parte trasera un sujeto que no recordaba, y de la puerta del copiloto... Steve. Su corazón se agito de inmediato al verlo, lucía un poco más maduro de aquella última vez que lo vio, pero un seguía siendo insoportablemente hermoso a sus ojos. Le dolió en ese momento darse cuenta que sus sentimientos por mas que hubiera deseado odiarlo no habían cambiado.

Cuando Scott, Romanova y Steve bajaron del auto no se sorprendieron de ver a Natasha esperándolos, o más bien esperando una visita pues el gesto de sorpresa en el rostro de la joven castaña delato que no esperaba ver a ninguno en ese lugar, con certeza al que menos esperaba era a Rogers. Los nervios en este último estaban a flor de piel, no sabía que decirle, o si aún lo odiaría, deseaba preguntarle... pero no era por eso que habían llegado hasta a ella, había cosas mucho más importantes.

— Si vinieron hasta aquí debe ser algo realmente importante ¿Alguien murió? — Natasha trato de mantener una actitud neutral, sin dejar mostrar lo mucho que estaba sintiendo en ese momento.

— De hecho, venimos con buenas noticias. — Steve fue el primero en responder. — Creemos haber hallado la forma de revertir las cosas. — 



Esta parte fue puramente introductoria, para darles un contexto de como es la situación de Steve y Tasha

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Esta parte fue puramente introductoria, para darles un contexto de como es la situación de Steve y Tasha.

𝑪𝒐𝒏𝒇𝒊𝒂𝒏𝒛𝒂   #StonyCannonTonyForeverWhere stories live. Discover now