One.

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Mordí mis uñas tomando aire a la vez, mis pies me arrastraron hasta los enormes ventanales de la oficina la hermosa vista me dejo fascinada con la hermosa ciudad de New York a mis pies sonreí amaba esta vista si fuese por mi estuviese todo el dia observando la ciudad, un cielo nublado lo acompañado dejando una vista de ciudad tranquila, me retire rápidamente dando pasos atrás al observar hacia abajo dándome cuenta a los pies de altura que estábamos y mis miedos a las alturas florecieron impidiéndome ver por completo la hermosa vista. Escuche un sonido provenir a mis espaldas me di vuelta justo cuando la secretaria de mi padre dejaba una taza de te en su escritorio de cristal, levanto la vista mirándome con una sonrisa simple.

  —Pensé que tendría algo de sed, señorita Camperns. –murmuro uniendo sus manos sobre su camisa negra, mire la taza y luego a ella.

  —Muchas gracias, aunque no debiste preocuparte estoy bien. –dije con amabilidad, ella asintió sonriendo más tranquila. -¿Mis padres aun no terminan con la reunión?

  —No, aun no salen de la sala de reunión señorita. –dijo en un tono de robot, tantas veces que me lo a repetido. Pensé. —Cualquier cosa estaré informándole, con su permiso. –dicho esto se retiro, dejándome de nuevo sola.

Solté un suspiro girando mis talones y caminando hacia la taza de té, las tome en mis manos y apresuradamente mis manos se calentaron y mi nariz inhalo el humo salir de este, mi nariz se arrugo rápidamente odiaba el olor del té, de hecho odiaba el te prefería el café, suspire y me acerque a la puerta blanca que llevaba al baño abrí el inodoro y vacié el contenido de la taza en este, agradecía la acción de la joven pero el té no estaba en mis gustos, baje la cadena y volví a la oficina cruzándome de brazos en forma de abrazo.

  —Madison. –escuche la voz de Kian, me gire encontrándome la figura masculina de mi primo, el sonrió acercándose a mí.

  —Kian. –fruncí el ceño. — ¿Qué haces aquí?

  —Uhg, mis padres trabajan aquí. –sonrió de manera burlona, rodee los ojos. —Además vine a buscarte.

Lo mire fijamente frunciendo aun más el ceño. —Pero...-deje mis palabras en el aire y me gire tomando mi bolso y mi abrigo siguiendo a Kian fuera de la oficina.

La secretaria de mi padre se levanto con una sonrisa y pronuncio un tengan un buen día, le devolví la sonrisa y apresure mi paso hasta Kian que ya estaba en el ascensor, entre y me recargue contra la pared de metal soltando todo el aire que llevaba dentro dejándome llevar un poco por el sonido de la música del ascensor, cerré los ojos un momento escuchando como Kian presionaba uno de los botones.

Aclare mi garganta aunque un nudo casi se formara.

  —Lo hicieron de nuevo ¿no? –pregunte con nerviosismo aun con los ojos cerrados.

El suspiro con pesadez. —Jamás cambiaran Maddie.

     Busque las llaves en mis bolsillos traseros, las saque e introduci en la cerradura abrí la enorme puerta de color negra me hice a un lado dándole paso a Kian y cerrar, quite mi chaqueta y deje mi bolso en el mueble del salón, Kian camino a la cocina con el objetivo de cocinar algo para ambos, mire la facturas que mi madre dejo en la mesa esta mañana observando la carta de inscripción del instituto suspire y deje de nuevo estas sobre la mesa del pasillo, me gire y camina hasta la cocina sentándome en las enormes sillas de la barra, era un poco baja y esto me ayudaba con mi altura.

  —No pienses que me ayudaras. –sonrió tomando todos los ingredientes de la despensa cerrando con su pie, sonreí y negué divertidamente.

  —En lo absoluto, solo observare y buscare un tema de conversación entre ambos. –sonreí uniendo mis manos y alzando mis hombros.

Darkness.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora