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—¿Todo bien?

Una risa seca salió de los pequeños labios pálidos del hombre frente a él, sus ojos gatunos miraban atentamente la fuente frente a ellos que con el paso de los años, había adquirido un estado algo deplorable al igual que aquel viejo parque al que casi nadie recurría dejando lo descuidar de gran manera.

Buscaba en aquel lugar que solía recurrir con aquella persona, alguna respuestas a todo lo que le pasaba en ese momento, queriendo callar las voces en su mente que le incitaban a cometer una locura, intentando simplemente calmar el volcán de sentimientos que había comenzando a explotar desde hace un mes.

Desde su partida.

El chino detrás suyo suspiró mirando la estatua frente a ellos, sintiendo casi de repente su pecho pesado y su mente llenando se de hermosos recuerdos que por su bien, había intentando guardar en lo más profundo y recóndito de su memoria.

—No te hace bien que estés aquí—soltó en un pequeño susurro, no queriendo cometer un error y hacer explotar al no tan cuerdo, joven frente a él.

—Nada me hace bien si él ya no está aquí.

RenJun pudo sentir como su corazón dejaba escapar un latido haciendo lo sentir completamente nervioso, tal vez más triste que cualquier otra cosa, pero ya ni siquiera podía estar seguro de lo que sentía cuando tenía que cuidar de una persona como Lee JaeNo.

Intentando no cometer un error en sus acciones que pudiera hacer explotar al coreano, amarrando su lengua algunas veces para no explotar y hacer lo sentir peor, teniendo que ir a un psicólogo todos los días, sin saber exactamente si el mismo era para él o para su amigo.

RenJun ya no sabía que más hacer.

Con poca seguridad, y los nervios a millón, se sentó junto a Lee, manteniendo un espacio justo entre ambos, mirando la fuente que ni siquiera proporcionaba agua, podía ver desde su lugar las cintas policiales alrededor del árbol a unos kilómetros de ellos, odiaba ese lugar, más odiaba cuando JaeNo huía de sus citas para poder venir acá, pero sabía que no sería él quien interviniera en eso, porque sabía cuanto apreciaba No aquel lugar como para prohibir le sus visitas a el mismo.

Pero a veces era tan difícil pensar que él se encontraba allí, sufriendo sólo, carcomiendo se la cabeza pensando que todo había sido su culpa, que había sido él la causa de porque DongHyuck ya no se encontraba con ellos.

-¿Es normal, pensar que algún día, él volverá y me dirá que sólo me jugaba una broma? ¿Que todo esto había sido algo para hacer una especie de prueba por mi amor por él?

-Sólo ha pasado un mes, el psicólogo dijo que sería normal que buscarás excusas para creer que él seguía aquí.

Y en ese momento se arrepintió de la frialdad con la que soltó aquella palabras cuando los ojos de Jeno rápidamente se aguaron para dejar caer lágrimas como grifo abierto, mordió su labio y oculto sus manos entre sus muslos, la había cagado. Iba a pedir disculpas por su tono, con la barata excusa que era todo culpa del cansancio, pero la voz débil del azabache lo distrajo.

-Él parecía tan feliz...

Era normal, Haechan siempre brillaba con su resplandeciente actitud, se levantaba de buen humor aunque fuera un lunes de deportes, le sonreía a todos aunque se le hubiera roto su disco favorito de Michael Jackson, soltaba chistes a toda hora aunque estuvieran en la situación más sería y triste de todas, hablaba hasta con una piedra aunque estuvieran en un examen de lengua, porque el siempre fue un imán para las personas, su radiante actitud más la belleza de su persona atraía a la gente a hablar con él, y es que Hyuck jamás se demostró triste frente a nadie que no fuera Lee Jeno, ni siquiera con él que fue su mejor amigo.

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⏰ Última actualización: Dec 03, 2022 ⏰

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