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uno.🔗

7:32am y sigo pensando en el día que te ví, cada momento y cada segundo son importantes si se trata de tí. jamás lo olvides.

-Cuídate, Sicheng- Dijo la madre del pelirrojo mientras le daba la chaqueta que el mencionado siempre se ponía.

Sicheng tenía muchas chaquetas, pero la indicada en específico, no quería quitarsela más. Aunque él era alguien que pudiera comprarse todas las chaquetas que vio en su vida, ésta era la más especial y bonita de todas para él.

-Lo haré ma. Hoy iré al parque, no llegaré temprano- Dijo él despidiéndose de su madre con un beso en la mejilla.

Mientras él sentía mucho frío en sus manos, a ella no le importaba, jamás se abrigaba, ni aunque haya nieve.
Jamás se ve como alguien cálida, la gente dice de ella que parece más fría que playa en una noche de invierno. Seguramente no saben que ella está muerta de frio, muerta literalmente.

Él, conocido en su instituto.
Ella, una sombra andante.
Nada se podía esperar de una muerta, más bien dicho, nada se podía esperar de un ángel.

Ambos estaban en el mismo parque. Ella dibujando cada cosa que se le cruzara en su camino, podía hacer que cada cosa que dibujara cobrara vida fantásticamente. Lastimosamente aunque dibujara a su amor, éste no aparecía.

Hasta que él torpemente apareció ante sus ojos, sentado en una banca.

Ella decidió dibujarlo, no iba a escaparse de su mente.
Amaba dibujar retratos y ninguno le fascinó tanto como éste.

Sicheng, el chico más celestial que había conocido, ante sus ojos era otro ángel más.

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