U N I C O

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Abrazo sus rodilla mientras miraba el movimiento calmado del pecho de DongHae, dormía tan plácidamente qué parecía que hace unas horas atrás no acababa de follarlo como si su vida dependiera de ello.

Una pequeña risa salio de sus labios sintiéndose patético, porque si, lo era, acostarse con un hombre casado, que mierda.

Intento no llorar, no quería ponerlo de malas, aún así no hizo nada para que sus lágrimas dejaran de caer, esa era la única forma en que podría desahogarse esa noche.

La lluvia era lo único que le hacía compañía, así que con cuidado se puso de pie para correr la cortina de la habitación del hotel para ver como el agua caía.

Abrazo su cuerpo mientras intentaba recordar el tacto cálido qué una vez sintió, las veces que hicieron el amor y no solo follaron, quería volver a esos días, donde ambos eran una joven pareja de amantes enamorados, no quería ser solo un maldito amante, el pasado vergonzoso de aquel hombre de sociedad.

Pego su frente al vidrio mientras cerraba los ojos dejando que las lágrimas se llevarán su dolor, su mano derecha subió a su boca tapando esos sollozos escandalosos, ya no quería seguir, pero le era imposible dejarlo, lo amaba, sobre todo, él había sido el qué dio la estúpida idea.

– No me dejes, por favor

– Basta HyukJae debo casarme

– No, no debes es algo que tú quieres maldita sea

– ¡¿Enserio crees que quiero?! Maldición, te amo, eres mi jodida vida, pero no puedo decepcionar a mi padre

Las lágrimas cayeron sin permiso mientras se aferraba a aquella camisa, no quería dejar ir al hombre de su vida, no con aquella mujer.

– No me dejes... Por favor

– Lo siento, en verdad lo lamento pero no puedo hacer algo

Sus manos se vieron atrapadas por las contrarias para que soltase la tela, debía dejarlo ir a esa estúpida cena donde sus vidas se dividirían, pero no podía dejarlo ir.

– Claro que si, po-podemos seguir viéndonos, nadie debe enterarse

– No, mi padre y el suyo, es una locura

– Podemos, yo se que podemos solo necesito que también lo quieras

Sujeto su rostro con delicadeza, no, incluso si debía dar su vida no lo dejaría ir, porque amaba a DongHae y era el único que merecía su amor.

– No hagas las cosas más difíciles para ambos

– ¿Me amas?

– Lo hago, pero-

– Shh, puede funcionar solo confía en mí, ¿De acuerdo? Se que puede funcionar solo confía en mí

Juntaron sus labios en un beso brusco, donde ambos solo debían mostrar qué querían estar juntos, solo eso.

Así que el día de aquella boda fue menos difícil, pudo sonreír con facilidad mientras los veía compartir un momento qué le había sido arrebatado de las manos.

Un suspiró abandono sus labios al recordar esos horribles momentos, el momento en que se lo dijo, el momento en que acepto solo para no dejarse.

Nadie sabía de eso, a la vista de todos eran aquel par de amigos inseparables, son saber que era él quien buscaba al contrario para sentirlo una vez más.

– ¿HyukJae? ¿Qué haces despierto? Son las cuatro de la mañana

– Lo siento, no podía dormir

No fue capaz de voltearse, pues pudo escuchar el como se levantaba y pronto pudo recargar su espalda en aquel pecho recibiendo algo de calor.

– No estaré hasta la próxima semana

– Lo se, esperaré

– Volvamos a la cama, quiero sentirte de nuevo antes de irme

– ¿Me amas?

– Por supuesto que si

Mordió su labio inferior tragando su molestia, un beso sobre su hombro lo hizo reír antes de darse vuelta para poder pasar sus brazos por su cuello para verlo.

– No lo haces

– Claro que no, no puedo amarte HyukJae, nunca pude

Observo esa sonrisa burlona sobre sus labios antes de reír dejando caer sus últimas lágrimas para limpiarlas con el dorso de su mano.

– Te amo

– Lo se cariño, lo se muy bien

Sus labios se vieron atrapados en un beso brusco antes de que fuera arrojado sobre la cama sintiendo aquellas manos recorrer todo su cuerpo sacándole suspiros y jadeos pidiendo por más.

Aún así pudo entregar su cuerpo, su alma, incluso su corazón, porque amaba a ese hombre con locura, aún si este ni podía amarlo del modo correcto, se quedaría a su lado satisfaciendo cada uno de sus deseos más carnales, porque lo amaba y si de ese modo podía quedarse a su lado, podría entregar su vida de ser necesario.

Dependencia || HaeHyuk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora