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-¡Idiota! ¿¡Pero qué haces!? ¡Si sigues así van a darse cuenta de nuestra posición! -Le grité susurrando a mi mejor amigo Kaminari, que estaba corriendo por su cuenta en la práctica en la que nos habían asignado como equipo. Nos había tocado hacer el papel de héroes contra Kirishima y Bakugou.

-¡No te preocupes! ¡Lo tengo todo bajo control! -Dijo sonriendo.

Yo iba corriendo a su lado a duras penas, intentando pararle. Nuestra misión era neutralizar una bomba que se hallaba en alguna parte del edificio, igual que a principio de curso. Con nuestros quirks lo más prudente era primero localizar la bomba y a los otros dos que hacían de nuestros enemigos y después hacer un ataque sorpresa. Enfrentarnos directamente o llamar su atención definitivamente no era la mejor estrategia.

-No tienes nada bajo control, para un momento y dame un minuto para localizar a nuestros enemigos antes de que lo hagan ellos con todo el escándalo que estás haciendo.

-Déjamelo a-

No pudo terminar la frase.

-¡Malditos extras! ¡Dejad de hablar y venid aquí! -Bakugou hizo su aparición y antes de que pudiéramos hacer nada, ya estaba saltando encima de nosotros haciendo explosiones con sus manos.

La batalla nos ocupó todo el tiempo que teníamos, resultando que perdimos la práctica y nos llevamos una buena reprimenda de Aizawa. Estaba muy frustrada, debería haber sabido que harían algo así, mandar a uno a por nosotros mientras el otro vigilaba la bomba. Kaminari utilizó todo su poder quedándose así inútil, y yo con mi quirk no pude hacer nada contra Bakugou. Ni siquiera vimos a Kirishima, patético.

Después de la charla que nos soltó a todos nuestro profesor diciéndonos lo que teníamos que mejorar, me dirigí a mi habitación lo más rápido que pude, todavía enfadada conmigo misma.

-Kyouka, ¿a dónde vas con tanta prisa? -Lo que me faltaba, compañía.

-Te he dicho mil veces que me llames Jirou, ¿y qué quieres?

-Solo quería pedirte perdón por no escucharte antes. Y por dejarte sola...

Suspiré, cansada.

-No necesito que te disculpes, necesito que dejes de hacerlo. Cuando somos compañeros de equipo, nunca escuchas nada de lo que digo y luego vienes a mí diciendo que lo sientes y asumiendo toda la culpa.

-¡Lo estoy intentando! Siempre te pido que seamos compañeros de equipo cada vez que tengo la oportunidad porque soy mejor contigo.

-¿Y alguna vez dejas de pensar solo en ti y te preguntas si yo soy mejor contigo? ¡A lo mejor tú no tienes la culpa de nada! ¡A lo mejor yo soy el problema!

-¿De qué estás hablando? Eso no tiene ningún sentido.

-Lo tendría si te importara.

El camino a mi habitación se estaba haciendo demasiado largo, y el nudo de mi garganta era más problemático con cada palabra que decía.

-No entiendo nada. ¿Estás tratando de decir que no eres lo suficientemente buena? Vamos, eso no es cierto y lo sabes. Tú no eres el problema.

-No quiero hablar de esto contigo.

-Pero Kyouka, soy tu ami-

-He dicho que no. Y te tengo dicho que me llames Jirou. Si realmente quieres escucharme, puedes empezar ahora.

-¿Podemos al menos trabajar juntos en la próxima práctica?

Finalmente llegué a mi habitación.

-Lo que sea -Ingresé a mi habitación de un portazo y eché el cerrojo. Lo lamenté de inmediato, como cuando discutes con tu madre y cierras la puerta con rabia y sabes que pagarás más tarde.

Puedes Llamarme Kyouka - Kamijirou (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora