LA MITAD DEL CAMINO
Era un puente muy viejo y angosto en medio de la carretera. Por su aspecto daba la impresión de que no resistiría demasiado peso. Su longitud no sobrepasaba los 20 metros y el destartalado rótulo ubicado a una distancia muy prudente dejaba claro el mensaje en cuanto a su estrechez y fragilidad:
Puente de la soledad
Pasa solo un vehículo a la vez
Para completar los datos, algún conductor travieso había añadido con su puño y letra en la parte inferior del rótulo la siguiente información: Si sabe rezar, hágalo ahora.
Cuando Paula se bajó del auto eran casi las dos de la mañana y la única luz cercana era la de la luna llena. Caminó hasta el puente, se aproximó a la baranda y miró hacia abajo.
-¿Ves algo? - Le pregunté desde la ventanilla del auto.
-Nada, está muy oscuro.
-¿Hay un río o algo así?
-No lo creo. No hay ruido de agua.
-¿Qué opinas... seguimos o nos regresamos?
-¡Qué pregunta! - dijo ella - ¡Seguimos!
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El puente de la Soledad
Teen FictionPaula, Daniela y Nando son tres adolescentes que deciden hacer, a escondidas de sus padres, el viaje de sus vidas. Abordo de un viejo Mini Austin, con los nervios de punta y todos sus ahorros, enfrentan el camino que los conducirá a la ciudad donde...