(11) Hoja en blanco

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Nunca fui de necesitar grandes demostraciones de afecto. Lo cierto es que lo mío va más por valorar las pequeñas acciones y quizá sin necesidad de palabras.

Entonces, que Kim NamJoon haya pospuesto su viaje laboral para pasar unos días en casa de mis padres es una sacudida para mis sentimientos.

Mi madre lo recibió como si se tratara del mismísimo Slim Shady y le tuve que aclarar que recién empezaba a ser reconocido como RM. En cambio, mi padre fue más natural; lo saludó afectuosamente como a otro hijo y a casi nada estuve de decirle que me alegraba que le diera la bendición como yerno.

Obvio, estaba siendo lo más maduro posible y ni bien quedamos solos me lancé a él con voraz deseo y nos besamos largo rato.

—No ha cambiado nada... —exhaló tras el beso y me apretó más en su abrazo.

Estaba desarmado, me sentía desnudo.

—Mamá no tiene permitido tocar las cosas de mi cuarto —desvío la conversación sabiendo que no era a eso que se refiere.

—¿Me echaste de menos? —es astuto al acorralar mi rostro con sus manos y no dejarme rehuir su mirada.

—Tal vez, uno se acostumbra a la molestia constante. —comento sin expresión.

—Te quiero, hyung. —Parece empecinado en atormentarme.

¿Juega con mis sentimientos con tanta liviandad? ¿No tiene remordimiento por mirarme así, de modo tan directo y que me hace pensar que algo sí ha cambiado al fin?

¿Sus anteriores palabras qué significan realmente?

—No ha cambiado nada. —Soy yo quien usa esa frase esta vez y él recarga su frente en la mía y no decimos más nada.

Porque las palabras no son tan necesarias y es mejor no arriesgarse a estropear tan reconfortante silencio.






















Runch Randa [JinNam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora