CP 1: "Desastre Pasable"

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Su cabello era un completo desastre, un mar de color azul rey, y no, no era natural, era lo único que resaltaba a través del reflejo del espejo de pared. Allí se encontraba Ellie, en su cotidiana rutina mañanera de preparación para la cárcel que llamaba “Instituto Secundario”, al cual su padre biológico, Regie, le obligaba a asistir.

Un bostezo escapó de sus labios, y no, ni se molesto en tapar su boca por educación, de seguro de haber tenido en frente a alguien, podría ver a la perfección hasta lo que había cenado la noche anterior.

Con movimientos tedioso abrió el grifo mojando así su cepillo dental luego de aplicarle la pasta, una mala maña que tenia desde muy joven. Todo aquello lo hacía con un solo ojo abierto, ni se molestaba en prestar mucha atención a lo que hacía.

Una vez limpios sus dientes volvió a su habitación compartida, una toalla rodeaba su cuerpo mientras buscaba qué ponerse para aquel día, no tardó mucho, sólo una playera de mangas largas dos tallas más grande que la suya con el logotipo de “Bring Me The Horizon” en el centro, y sí, la camisa era negra. Eso acompañado de unos pantalones de corte militar y unas botas igual de parecidas. Dejó que su cabello se secara al natural mientras se vestía, sin olvidar de ponerse el collar con un símbolo en forma de diente de tiburón decorandole.

Ya lista para ir a su propia tortura, bajó hasta la primera planta donde el dulce olor de tocino frito junto a huevos se sentía, de una supo quién cocinaba, de ser Koda olería a waffles.

— Buenos días, pa' - dijo a penas entró a la cocina, parándose de puntillas para depositar un beso en su mejilla.

Luego de ello, robó una rebanada de pan metiéndosela en la boca mientras se hacia su camino hasta su mochila, la cual estaba en la encimera de ésta, si estuviera Koda por ahí, ya le estuviera regañando.

— Buenos días, cariño. - respondió Regie dejando un plato con una docena de tocino y huevos cerca de ella junto a un tenedor, sin faltar el baso de Coca-Cola.

Sí, en su casa no se comía del todo sano cuando Koda no andaba por allí, de seguro ya le estuviera reprendiendo a su padre por comer tantas calorías, aunque, Ellie sabía que, en secreto, Koda disfrutaba de una buena hamburguesa de queso doble.

— ¿Y Koda? - ya se le hacía muy raro que el chico no anduviera por allí.

Su padre secó su frente con el paño que descansaba en la agarradera de la cocina antes de responder. — Tuvo que salir temprano, lo citaron en el Bufete por un caso especial, pero, al menos llegara temprano hoy.

Al parecer, su padre no podía disimular su alegría al escuchar aquello, pero, sabiendo como era Ellie, no tardaba en molestar con eso.

— Traten de no ser tan ruidosos ésta vez, la otra vez tuve que poner el aleluya muy alto. - bromeó tomando lo que quedaba de su desayuno rápido y huyendo de la escena.

Tuvo que esquivar tazas de plástico para poder lograrlo, estaba muy segura de que su padre estaría como un tomate, no lo culpaba, aún era joven y apuesto, a parte, le alegraba que fuera feliz nuevamente.

Ahora, para que no estén tan perdidos, les daré una explicación de todo.

El padre y la madre de Ellie se habían divorciado cuando ella a penas tenía dos años. Su madre era muy joven cuando tuvo a su hermano, Robb, luego tuvo a Megan, Trent y por último a ella, todo esto de muy joven. Elizabeth, su madre, tuvo a penas 17 años cuando tuvo a Robb, la excusa de su madre era que no pudo gozar de su infancia por mucho tiempo al tener que cambiar pañales, y bueno, no era culpa de sus hijos que su madre y padre no conocieran el uso de anticonceptivos.

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⏰ Última actualización: Jun 14, 2020 ⏰

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