Fragancia

01.- Omega

Coloco la pastilla sobre mi boca con repudio, odiaba tener que hacerlo cada cierto tiempo, si no lo hacía mi cuerpo corría grave peligro y cosas muy desagradables podrían ocurrir, tomo el vaso que estaba a mi lado y bebo pasando la pastilla, parecía que quemaba mi garganta al atravesarla.

Cansado estiro mis brazos al final de la jornada y bostezo un poco, continuó barriendo y observo la cafetería sola. Los clientes tenían poco menos de media hora que habían salido y ahora solo quedaba limpiar y recoger todo. Mi amigo Chanwoo se acerca a mí con una gran sonrisa y su rostro reflejaba que alguna idea loca pasaba por su mente.

—¡Vamos Dong Dong! Solo será un rato.

Me insistía después de todo el día tenerlo detrás de mí con las mismas palabras.

—Ahí trabaja el alfa más guapo que puedes encontrar. — guiñe el ojo exageradamente y solo sonrío resignado.

—¡Saliendo de aquí nos iremos a tu casa para cambiarnos!— Chanwoo grita emocionado.

La gerente nos ve con molestia desde una corta distancia haciendo que me sonroje y termine de limpiar rápidamente.

Al finalizar vamos a casa y apresurados elegimos nuestros outfits para ir de antro, yo prefiero algo más sencillo y casual. Chanwoo que es atrevido, se viste con algo lleno de accesorios, bastante llamativo.

El creía que debía ganarse la atención de los alfas de esa manera por ser un "simple beta", como él se consideraba.

Lo que daría yo por ser un beta.

Aunque mis supresores los tomaba solo porque era reglamentario, yo nunca había percibido un olor o las feromonas de alguien más.

Una vez listos tomamos un taxi para llegar al club, al bajar el ruido de la música sonando eriza mi piel. ¿Qué era esa sensación? Arrugo mi frente al mismo tiempo que el jalón de mi brazo me obliga a avanzar.

En la entrada se ubicaban dos hombres altos y robustos, muy fornidos y con apariencia de unos treinta años, seguro debían ser alfas, hago una mueca ligera al tener que discernir esto solo con observación y no por el olor.

Ya dentro, el ruido de la música podía ser de alto a moderado, una combinación extraña y nada excesiva a como lo imaginaba; las personas dentro aparentaban pasar un buen rato acompañados de sus amigos, novios... o simplemente conquistas de una noche.

—Oye Chanwoo...— me detengo confundido, ¿dónde rayos estaba mi amigo? Ni siquiera me di cuenta cuando el agarre en mi brazo se había soltado y ahora me encontraba solo, cerca de barra y las mesas.

Suspiro con un poco de diversión que se reflejaba en la ligera curva en mis labios y resignado me acerco a pedir una bebida, ya después buscaría una mesa.

Unas mujeres que pasan a mi lado empujándome sin cuidado, hacen que mi cuerpo gire en su dirección por el impulso.

—¡Ya lo viste!— las voces chillonas de gritaban emocionadas.

—¡Sí!, ¡ya llegó!— Respondió la otra chica con un tono igual.

—Esa chaqueta lo hace ver tan sexy— expresa otra, con voz muy sugerente.

Sin estar consciente, mis ojos buscaron el motivo de sus deseos lascivos, encontrándolo cerca de la entrada; se trataba de un chico no más de veinticinco años, alto, con un aire de superioridad, ojos altivos y una sonrisa arrogante que decoraba su bien perfilado rostro, sus hombros anchos y brazos fuertes daban signo de su masculinidad y el buen porte de macho alfa era innegable.

—¡Hey Alex!— gritó la joven, excitada y emocionada por sentir el privilegio que ninguna de sus amigas había tenido al hablarle por su nombre.

Giró su rostro con molestia y las orbes doradas brillaron en contraste con las luces del lugar.

En definitiva, era atractivo.

Inconsciente de mi gesto, muerdo mi labio inferior y mis mejillas se encienden.

No podía negarlo, me gustó.

Gracias por leer, si te ha gustado no olvides dejar tu voto.

Hasta el siguiente capítulo.

-J.L. Smith