Días grises y larga lluvia

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...

—Nena tienes que pensar más en lo que estás por hacer
—Estoy segura de hacerlo, no...no soporto más estar aquí—los ojos de Lila se cristalizaron mientras miraba la taza de chocolate caliente que tenía en sus manos
—No tienes por qué tomar la decisión ahora, podemos convocar a la familia y que ellos nos ayuden a que veas las cosas diferente—James cubrió a su prima con una manta, tenía la ropa mojada por la lluvia que azotaba Nueva York
—No puedo ni verlo, no quiero verlo
—No te quedes con él entonces, hay una habitación para ti siempre en nuestra casa—respondió Scott acercándose
—Hay decisiones que pueden esperar, no las tienes que tomar ahora

Lila se quedó en silencio mirando la ventana, con el corazón destrozado y con Nueva York llorando desde el otro lado. Sus primos intentaron animarla pero eso no sirvió de mucho, se quedó esa noche con ellos y aprovechó cuando ambos quedaron dormidos para hacer una llamada; no sería una sencilla pero la desesperación de su corazón por huir y sanarse, así como su deseo de demostrarle a Matt lo equivocado que estaba por subestimarla, le nublaba el juicio.

Salió con cautela del departamento de Scott, subió en las escaleras de emergencia hasta la azotea del edificio. Un nudo se formó en su garganta, pese haber estado cierto tiempo residiendo en Nueva York no dejaba de enamorarse de esa ciudad cuando la miraba desde lo alto, pero hoy esa belleza era más abrumadora que en otras ocasiones, por lo que desbloqueó su teléfono y tras una rápida búsqueda en Google procedió a llamar al número que podría garantizarle una nueva oportunidad.

—¿Hola?
—Hola señora Sherwood, espero no molestarla
—¡Lila! Hola bonita ¿cómo estás? ¿no es algo tarde por allá?
—Sí, un poco pero necesitaba hablar con usted
—Claro ¿sucede algo?

Antes de poder hablar soltó un largo suspiro, mordió un poco su labio inferior antes de pronunciar aquellas palabras que cambiarían su vida totalmente.

—Ammm, estuve considerando la oferta que me hizo de unirme a su editorial—se mordió la uña del pulgar que tenía libre, sus ojos comenzaban a cristalizarse pero usaba todas sus fuerzas en que su voz no se cortara.

Hubo un silencio, posiblemente de sorpresa, no muy largo pero lo suficiente para que la mente de Lila se preguntase mil veces si era la decisión correcta. Sabía que no lo era, y muy dentro de ella esperaba que el puesto estuviese ocupado, que Matt llamara desesperado a la puerta del apartamento de James y Scott buscándola, que el orgullo que tanto odiaba de sí misma se marchara para poder discutir lo sucedido como personas adultas.

Pero el silencio se calló, Mary Sherwood comenzó a hablar. Lo que le indicaba a Lila que, aunque lo deseara con el corazón, no habría marcha atrás.

—Sí, la oferta sigue vigente si la quieres
—Voy a tomarla—cerró los ojos al pronunciarlo, las lágrimas se escaparon de estos y su corazón se estrujó
—Estaremos encantados de tenerte en nuestro equipo. Mi asistente te mandará los detalles ¿qué tan pronto puedes venir a Inglaterra?
—Lo más pronto posible—tomaba bocanadas de aire intentando mantener su voz lo más firme que pudiese
—Te buscaremos el vuelo más cercano, nos vemos pronto
—Hasta luego—habló con la alegría más falsa que jamás hubiese dicho

Cortó la llamada, abrió los ojos, e igual que la ciudad que tanto amaba, se puso a diluviar.

...

—Así que se fue...—Matt suspiró mientras veía su taza de café y el anillo plateado que portaba en su anular derecho
—¿Cómo esperabas que no lo hiciera? ¡La has insultado con esa propuesta Matthew!—Alexandra alzó la voz molesta, no le importó que su hermana menor buscara su mano para intentar calmarla
—No lo hizo con ese fin, se equivocó pero es algo que todos hacemos Alex—la menor de la familia intentó calmar el ambiente tenso que se causó en la sala del matrimonio Efron
—No puedo creer que estés aquí, debiste ir tras ella ¡Esfuérzate!—la mayor se pasó los dedos por el cabello mientras caminaba nerviosamente
—Alex, sé que estás molesta pero no creo que debas ser así de ruda con Matt. Él sabrá por qué actuó como lo hizo—Zac se acercó por detrás, masajeando los hombros tensos de su esposa
—No creo que haya una excusa válida para esto—respondió abruptamente apartándose
—¿Podemos no ser tan duras con él un segundo? También tiene el corazón destrozado—Cath se levantó molesta
—No vine aquí a que me gritaran, buscaba comprensión de su parte pero si no puedo conseguir eso ni de mi familia mejor me largo—harto de todo, Matt también se puso de pie, tomó su chaqueta y sin decir algo más se fue a la puerta
—Por favor, espera. Enserio nos interesa escucharte—el cuñado de Matt le trató de tomarlo del brazo
—Ella era importante para la familia—aún cruzada de brazos, Alex le dio una rápida mirada a su hermano
—¿Crees que para mí no? Ella iba a ser mi esposa

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