La óptica estrecha de Ratchet prometió que Jazz no se atrevería a entrar en el ala de los médicos en los próximos días a menos que quisiera que le quitaran varios componentes favoritos de su persona. "Por favor no me tientes". Ratchet lo fulminó con la mirada, de pie y ajustando a su paciente paciente, antes de que apareciera Jazz a lo largo de la parte posterior de su casco con una mano grande.
"Ack!" El jazz se tambaleó, la visera y el casco se curvaron, cegándole momentáneamente. "¡No mi cara!"
Ironhide puso los ojos en blanco, observando a los dos peleando como novatos en la Academia.
Optimus acortó su argumento. Poniéndose de pie, procedió con Ratchet, indicando a los otros tres Autobots que lo siguieran. "Salga afuera. Me transformaré para poder transportar a Sam por medios más adecuados. También evitaremos la detección de la policía".
Bumblebee sonó con preocupación, mirando hacia atrás en dirección a su líder y médico mientras seguía a Jazz y Ironhide para asegurar el pasaje. Su óptica nunca dejó a Sam, aunque el joven aturdido apenas notó la llegada o ausencia de su amigo.
La forma más pequeña en sus brazos se movía inquieta. "..Duerme ahora..?" Ratchet se detuvo, encontrándose con la óptica de Sam que se movió hacia su izquierda, lanzándole una mirada suplicante al médico Autobot. "...¿Puedo dormir ahora?"
"Por supuesto, Sam." Ratchet lo apoyó aún más hasta que el cuello y los hombros descansaron en un ángulo más cómodo sobre un hombro grande. "Es seguro para ti entrar en estasis".
Sam suspiró, aliviado. "...Eso es bueno." La óptica cayó, oscureciendo el negro mientras se relajaba por completo.
"Trinquete, apúrate". Optimus advirtió, los sensores captaban las sirenas que se acercaban a numerosos cruceros de la policía que respondían a la llamada de un supervisor acerca de una perturbación en los almacenes.
"Ve, ve". Ratchet lo siguió, sin mirar por encima de su hombro una vez que los Autobots se apresuraron, necesitando llevarlos a un refugio más seguro lejos del peligro de los humanos y el posible retorno de cualquier Decepticons.
Ratchet temía en secreto cuando Sam se despertaría y se vería obligado a procesar lo que había sido de sus amados progenitores y compañeras femeninas, no quedan cuerpos para rescatar o identificar adecuadamente la tierra estéril que marcaba el lugar donde una vez estuvo el vecindario humano.
Nada volvería a ser lo mismo; y no se sabía cómo o si Sam podría hacer frente a las consecuencias.
