Parte 2: Corre

4 1 0
                                    

Abrumada. Esa palabra define a la perfección como me sentía esa tarde. Una pelea con mis amigas hizo que se me cayera el mundo arriba. No fue una pelea cualquiera. Jamás tuvimos una discusión así. Me fui re enojada del colegio. Eso fue lo que hizo mi día imposible. No quería que nadie me hablara, y si lo hacían les respondía de la peor forma posible. No podía controlarme. Ese día decidí ir al club más temprano de lo habitual. Quería desquitarme con algo. Tenía la necesidad de pegarle fuerte a la bocha y dejar mi bronca en ella. Me hacía mal llevarla conmigo.
En el auto iba pensando una forma de controlarme cuando mis amigas me hablaran. No podía concentrarme. Mi cabeza estaba en otra cosa, claramente esa pelea me afectó.
Cuando llego al club, la saludé a mi mama con un chau ma, te quiero y esa fue la frase más cariñosa que dije en todo el día.
Antes de irme a la cancha, pasé por el buffet ya que no había merendado nada.
El buffet estaba completamente vacío. No había nadie. Esto me asustó un poco pero decidí no pensar en esto e irme directamente a la cancha. Al caminar, traté de olvidar lo abrumador que había sido mi día y seguir adelante, pero no fue posible. Tenía imágenes del momento de la discusión en mi mente. Era imposible.
Cuando llegue a la cancha un escalofrío recorrió mi cuerpo. Me sentí rara pero continué caminando mirando al piso. Al levantar la vista, logre ver una "persona" en el medio de la cancha. Estaba sola, parada, de espaldas a mí. Yo la veía de lejos pero creo que notó mi presencia porque comenzó a gritar. Su grito era tan fuerte que mis oídos me dolían. Mientras gritaba, reaccioné y me fui corriendo. No entendí la razón por la que me escapé de esa forma. Tal vez necesitaba ayuda y yo me fui. No lo pensé, sólo reaccioné.
Mientras estaba corriendo, miré hacia atrás para ver si seguía allí. Y me lleve una sorpresa, espantosa sorpresa. Esa "cosa" estaba detrás de mi, corriendo. No era una persona por la forma de su cuerpo. Sus brazos eran más largos que sus piernas, su cara estaba desfigurada y no le pude ver la parte de arriba de la cabeza porque la tenía tapada con un manto negro.
Al verla detrás de mí, comencé a gritar y traté de correr más rápido. Mis piernas ya no daban más. Pero seguí corriendo con todas mis fuerzas. Sólo quería salir de ahí.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 31, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tengo que salirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora