"¿Alguna vez se han levantado de la cama y han tenido ese presentimiento en la boca del estómago de que nada les va a salir bien?
Mi nombre es Marco. Tengo 27 años, y hoy es uno de esos días. Y para mi nunca han sido extraños esos sentimientos, todos los tenemos. Al menos eso espero.
Pero este, este se siente diferente a los demás. Pero no puedo explicar porqué.
Decido ignorarlo y continuo con mi rutina diaria: Aseo personal, algo de ejercicio, desayuno. Lo normal, para cuando termino de comer el sentimiento ya casi ha desaparecido. Y empieza a ser reemplazado por uno nuevo.
Mejor dicho, varios.
Emoción, ansiedad, nervios... entre otros que no quiero mencionar por temor a intensificarlos.
Hoy le tengo una sorpresa al amor de mi vida. Es nuestro aniversario; y se me ocurrió el regalo perfecto hace unas semanas. Dios, me costó conseguirlo para estas fechas, tuve que mover cielo y tierra. Pero ella lo vale.
Últimamente no hemos podido hablar mucho mi trabajo en la oficina se ha vuelto pesado y su trabajo en el hospital la deja exhausta, es enfermera.
Estabamos viviendo juntos, pero volvió a casa de sus padres porque estaba más cerca del hospital. El tiempo que se ahorra lo usa para descansar un poco más.
Ahora mismo son las 7 de la mañana y voy en camino hacia la casa de sus padres. Sí, es temprano, pero es su día libre y quiero compensar estas semanas que no hemos podido estar juntos y no hay mejor día que nuestro aniversario.
Me veo en el espejo del auto y hago una revisión mental.
Cabello: Peinado.
Ropa: Impecable y a la moda(aún si esta mal que yo lo diga).
Aliento: Fresco.
Rosas: Las más Rojas.
Chocolates: Los más dulces.
Tarjeta tamaño grande que acompaña a la sorpresa: Excelentemente escrita.
Sorpresa: Guardada en una caja y adornada con un pequeño listón.
No se me olvida nada. Perfecto, el auto tiene gasolina, el clima esta despejado, todo va a salir bien hoy.
Empiezo a recordar como nos conocimos mientras manejo hacia allá.
Fue hace dos años en una tarde de un día cualquiera. Mi amigo Pedro me la presentó, eran amigos de la infancia.
Y cuando la ví, sinceramente no pude pasarla por alto. Su largo cabello castaño hacia juego con sus ojos, sus labios rosados acompañaban una sonrisa perlada y su nariz de botón parecia el contorno perfecto para las pecas en sus mejillas.
-Hola, mi nombre es Victoria. Un gusto en conocerte. -Me miró directo a los ojos.
Y su voz cual melodía atrapó a la mía.
Solo pude estrechar su mano tímidamente.
Pero en ese instante supe que era para mí.
Y hemos recorrido un largo camino, hemos reído y hemos llorado. Ha habido peleas, así como ha habido reconciliaciones, pero nunca lo he dudado. Ella es la indicada.
Al fin llego a la casa de sus padres. Me reviso minunciosamente antes de tocar el timbre.
Su Madre me abre y se soprende al verme.Yo hago un gesto con el dedo para que haga silencio.
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Sorpresa.
Short StoryHay sorpresas buenas, hay sorpresas malas, y hay sorpresas que destruyen el alma.