Mi Mejor Amigo Gay

Mudándonos de casa

Después de un tiempo, me dijo que ya se van a mudar, me sentí completamente destrozado, y después agregó emocionado, "ya se donde vamos a vivir" yo con mucha tristeza le pregunte en donde y el no dijo nada, yo me sentí muy mal el hecho de que lo dijo con tanta felicidad, con tantas ganas y eso me hizo sentir como si fuera que se quisiera deshacer de mi, como si no le importara en lo mas mínimo, después nada más llegué a mi casa, pensando en que lo iba a perder para siempre, mi madre como ya era costumbre, me preguntó que si quería algo de comer, por lo cual yo pensé que era buena idea, para intentar no pensar en lo mal que me sentía, mi madre me pregunto que si estaba bien, que me veía desanimado, por lo que le respondí con pocas ganas que sí.
Yo nada más sentía como mi cabeza daba vueltas, yo me recosté en mi cama, mi cuerpo no se movió, pero con mi mente y esta frustración de saber que lo perdí, daban vueltas en mi habitación, me susurraban en mis oidos como el viento en las hojas de un árbol solo que en susurros ahogados y lamentos, yo al borde de lágrimas escuché su dulce voz, me levanté de golpe y eso me empujó para el suelo de nuevo, no sé que pasó, fue tan repentino, después que recupere el control, me dirijí hacia la puerta que lleva a el patio delantero de la casa, después que salí lo logré divisar donde entraba a una casa que llevaba sola un tiempo, y después de un rato, salió y observó hacia donde yo estaba, me saludó y yo le devolví el saludo, después de devolvérselo fui a preguntarle por qué estaba aquí, por lo que me dijo: "aquí vivo ahora".
Por lo cual me emocioné demasiado y lo abracé, después el procedió a hacer lo mismo, entonces ahí estuvimos abrazados por como 2 minutos hasta que se tuvo que ir, ese abrazo fue tan corto y tan largo a la vez, que todavía siento su cuerpo con el mío, sus brazos entrelazados el abrazo más perfecto que he dado en mi vida, fue tan hermoso que todavía lo recuerdo, recuerdo como recargo la cabeza en mi hombro y como yo le seguí, después de dejarnos de abrazar, sentí una emoción gigante, como si ese abrazo fuera la cura para lo mal que me sentía, después que entre a mi casa, mi madre me dijo que ya estaba la comida servida y que la comiera antes de enfriarse y que hice caso, como mi comida súper rápido y con muchas ganas de seguir hablando, después salí para seguir hablando.
Hablamos sentados en el corredor de la casa de el, después de un largo rato de hablar noté que estaba oscureciendo, decidí preguntarle: ¿tienes frío? que como ya estaba oscureciendo y el frío penumbral se acercaba, como una estampida de caballos salvajes, entonces el me respondió -no, pero creo que ahorita me va a dar, por como se ve el tiempo.-
Entonces dije -voy a ir a buscar cubrirme un poco mas- por que andaba camisa deportiva y un pantalón corto, entonces me fui y me mudé lo más rápido que pude, después de hablar me fui para mi casa y mi madre me dijo que me alista para dormir, yo no podía sacarlo de mi mente, quería seguir hablando, riendo con el, se había vuelto mi mejor amigo; Mi Mejor amigo gay.
Varios días pasaron, ya como una semana (aunque no recuerdo exactamente), pasamos hablando casi todo el tiempo, salíamos a caminar, hasta hacíamos pijamadas, pero lo mejor de todo es cuando mis padres me dijeron que íbamos al río y yo les pedí permiso para poder decirle a el, mis padres me preguntaron -¿Quien es el?- y yo no me recordé el nombre, entonces dije que  el vecino, entonces me vieron con cara de que no lo querían llevar, entonces yo opté por hacer una cara con el fin de que me tuvieran lástima, entonces aceptaron y yo me emocioné mucho, entonces fui a llamarlo, cuando salió yo le dije muy emocionado -¡vamos con nosotros a el río!- entonces el me observo con tristeza y me dijo -no puedo, no me siento bien- entonces mi sonrisa se borró y se figuró una expresión de tristeza, entonces me abrazo y me dijo: -la proxima- entonces regresó la sonrisa, pero era una sonrisa ahogada en un mar de tristeza, llegué a mi casa pensando que todo iba a ser igual, no me podía meter por la fuerte corriente, todos los peces que me encantaba ver no iban a estar.