Tras siete años de carrera y a la edad de 25 años, yo, April Swan, voy a empezar a trabajar en uno de los hospitales más importantes de Arizona, el Newmark Medical Center.
No soy de Arizona, ni si quiera de Estados Unidos. Mi padre es español (con padres ingleses), aunque estudió en el extranjero y así conoció a mi madre, en Suecia. Tiempo después de tenerme se mudaron a Wisconsin. Hasta ahora.
Cuánto más cerca estoy del hospital, más me arrepiento de mi decisión. Podría haberme quedado cerca de mis padres. En el piso que siempre pensé que iba a compartir con Hannah, yendo las dos juntas al trabajo, porque ella también es médico.
Pero no, preferí intentar valerme por mi misma y venir a un lugar que no conozco a nadie, y que por cierto, aún no tengo casa.
No paro de repetirme a mi misma que todo va a ir bien e intento no averiguar la respuesta a la pregunta de: "¿qué es lo peor que podría pasar?", porque seguramente empezaría a divagar y ni si quiera entraría en el hospital. Todo va a ir bien. Me he enfrentado en mis veinticinco años de edad a muchas circunstancias, y mi miedo no va a acabar con todos mis sueños. Este hospital lo es todo para mi, es la oportunidad de mi vida, y pienso aprovecharla.
Para ser sincera, me esperaba algo más pequeño y sencillo, pero me equivocaba. Toda la parte superior es de cristaleras y en medio pone las iniciales del hospital. La planta baja, junto con los tabiques y el soporte del hospital, son de un rojo intenso que me recuerda al color de labios que usa mi madre.
Mientras me quedo como tonta observando dentro de mi coche el edificio, alguien da pequeños toques en la ventanilla. La bajo.
- Disculpe, pero aquí no se puede aparcar, a no ser que sea minusválida. - Señala el recinto una mujer baja de piel muy morena y algo gordita - Además creo que usted es... - Mira el montón de folios que soporta buscando mi nombre. - ¡April Swan! ¿No es así? - Me limito a asentir y pedirle un minuto para aparcar.
Me va explicando el funcionamiento del lugar sin mucho éxito ya que no presto atención, el olor del hospital llena mis fosas nasales y me transporto a otro mundo; estoy operando, dando órdenes a internos, dando conferencias mundiales, ganando premios...
- Señorita Swan, ¿está usted atendiendo? - Suspira, no parece molesta aún así - Bueno aquí tiene su bata, y su placa, no olvide pedir todas las llaves y rellenar documentos en recepción. Nos veremos a las 14:00 en la cafetería.
Me limito a colocarme la bata y después observar durante un largo rato la placa en la que pone: "Dc. Swan/ April Swan. Especialidad: Cirugía neurológica. NMC."
Al fin lo había conseguido. Bailo (en mi mente, por supuesto) una pequeña coreografía que me enseñó mi vecino Adam, según el, había que bailarla en los mejores momentos. Este era uno; soy doctora, cirujana, y sobre todo felíz. Tanto que olvido que no se donde estoy, y a donde debo dirigirme.
- Disculpe, ¿podría decirme donde se encuentra el Dc. Shepherd? - Pregunto a una de las jovenes que hay rondando por la sala.
Duda unos momentos antes de responderme.
- Está en su despacho. Quinta planta, segunda habitación.
Le doy el gracias con un asentimiento de cabeza y me dirijo al ascensor. Me he estado comunicando con el.
Me enseña el plan de proyectos que le gustaría que yo siguiera a partir de ahora, la mayoría terminando sus casos además de los míos propios. Me indica como funciona todo aquí y me da un pequeño "mapa" del hospital con cada sala y departamento. Me vendrá muy bien. También me dice que a pesar de que se irá seguiremos en contacto por posibles dudas.
Veo el cartel de la UCI delante de mi y me dirijo allí. Enfermeras y médicos como locos corren a través de la sala.
La primera puerta, un bebé conectado a un ventilador duerme plácidamente e indicando, mediante los pitidos de la máquina, que sigue estable.
La segunda, una chica, de trece años de edad, con el pelo revuelto, está tumbada en la camilla con la boca abierta en señal de que le habrían quitado los tubos de la garganta hace poco. Por lo que leo en los papeles, ha sido operada de columna durante doce horas.
En la tercera reina el caos.
El ventilador que el muchacho tiene conectado no esta sirviendo de nada, y las pulsaciones disminuyen por segundos. El chico está en coma.
Una enfermera llora ante la situación y no saber el que hacer mientras un médico (de cardio, tal vez) le grita y dice como tiene que volver a intubarlo y encontrar posibles hemorragias.
Yo sólo puedo admirar la situación, muy desordenada, pero todo el mundo sabe su lugar. Cuatro enfermeros y con ellos el Dc. Shepherd llegan a la habitación. Tan rápido como saben las noticias se lo llevan a quirófano.
Me quedo observando la puerta del ascensor y consultando mi plano, buscando al quirófano que se han ido para así poder observar desde la galería, la maravillosa escena.
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Wake Up <<h.s>>
Fanfiction'A veces es mejor dormir, lenta y profundamente. Nadie sabe que pasa al despertar'.