Capítulo XV: El desenlace

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Volvieron a entrar y se encontraron todo perfectamente recogido, como si no hubieran entrado previamente, excepto por una alfombra polvorienta que había desaparecido y había dejado a la vista una trampilla, decidieron abrirla y del interior salió un hedor pestilente. Se armaron de valor y bajaron la escalerilla que conducía al sótano, estaba todo oscuro, cuando llegaron abajo encontraron el interruptor de la luz y lo accionaron. Cuando se hizo la luz vieron algo que nunca habían imaginado encontrar, ¡Era la niña de la visión que había tenido Paca tiempo atrás! De pronto salió la sombra que les había estado "persiguiendo", tomó la forma de la niña y empezó a contar su historia; 4 años atrás vivía en esa casa con sus padres hasta que un día entraron a robar y sus padres le dijeron que se escondiera en el sótano, pero la persona no solo entraba a robar, sino que secuestró a los padres y empezó a revisar la casa, pero al mover los muebles dejó tapada la trampilla y, cuando la niña intentó abrirla, no pudo, y aguanto en el sótano con las pocas reservas que había, hasta que se acabó todo y murió de inanición. Al escuchar esto el grupo se quedó estupefacto y, Paca le preguntó que por qué la había elegido a ella para hacer las apariciones, a lo que la sombra contestó que la había estado observando y sabía que ella no la olvidaría, y cuando les vio supo que era el momento de destapar la verdad, ya que confiaba en que ellos no la dejarían de lado; una vez acabó de decir esto, Alfredo le preguntó que qué quería que hicieran ellos con esto, a lo que contestó que fueran la policía, pero que dijeran que simplemente se la habían encontrado así. Aceptaron y fueron a la policía, a los pocos meses encontraron al secuestrador y le metieron el la cárcel y ahora, cada vez que no tienen a nadie alrededor Paca, Alfredo y Gonza saben que no estarán nunca solos...

Nunca fue buena ideaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora