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El avión aterrizó en la Capital al rededor del medio día. En el aeropuerto había un pequeño comité de bienvenida, fuimos 15 estudiantes seleccionados. Conforme íbamos llegando, nos dirigieron a los vehículos que nos llevarían hacia nuestro siguiente destino.

Llegamos a un edificio que albergaban a los departamentos donde nos quedaríamos estos dos años. Cada departamento sería compartido por 3 personas, en mi caso mis rommies eran Alessandra y Hugo.

Después de instalarme y organizarme con los chicos sobre las tareas del hogar, me acoste en mi cama para revisar mi teléfono. Vi que tenía varios mensajes de texto.

Grupo Brujas:
- Laura:¿Como llegaste brujita?
- Monse: Seguro llegó a la gran ciudad y ya anda de fiesta.
- Nina: No te olvides del Tinder.

Mamá:
¿Como estás amor? Todo bien? Llámanos en cuanto tengas un tiempo. Te extrañamos.

Mateo:
¿Cómo estuvo tu viaje? ¿Cuándo podré ir a visitarte?

Desconocido:
Buenas tardes señorita Casandra.
¿Como estuvo su viaje?

Tenia semanas que no recibía un mensaje de él. Le envié el número de teléfono a Nina y le pedí que lo investigará.

— ¡Hola Nina!¿Alguna novedad?

— ¡Hola Brujis! Ya tengo los datos del número telefónico.

— ¿Tan pronto?

— Te digo que soy mejor que el FBI. Ese número pertenece a la compañía dónde trabajaste. No sé que empleado lo tenga asignado.

— Es un comienzo. Al menos se porque el desconocido sabe tanto de mi solicitud de beca. Solo espero que no sea un viejo rabo verde.

— No te vendría mal un sugar daddy. — Nos reímos.

Después de contarle los pormenores del viaje, colgué y me dirigí a la sala con mis rommies. Más tarde le llamaría a mis padres para contarles el inicio de mis aventuras.

— ¿Ya recibieron el mensaje del Sr. Castro? — preguntó Alessandra.

— Ya, en realidad me dio un poco de desconfíanza al principio, pues no tenía registrado el número y solo mis conocidos cercanos saben dónde estoy. — mencionó Hugo.

— ¿De que número me deberían enviar los mensajes?

Me enseñaron el número y coincidía con el remitente de mis mensajes.

— ¿Quien es el que manda los mensjes? ¿El señor que nos entrevistó? — Pregunté.

— ¿Señor? — preguntó Alessandra.— A mí me entrevisto un chico joven y muy guapo. Era el hijo del dueño. El fue quien decidió quienes obtendrían la beca. Dicen que es un bueno para nada y que solo vive para despilfarrar la fortuna de su padre.

— A mí también me entrevisto él. A mí me pareció una persona cumplida y sería.— Mencionó Hugo.

— Pues a mí me entrevisto su papá, y me comentó que su hijo no había llegado.

Estuvimos platicando un rato más, después de la cena me fui a mi cuarto para llamarle a mis padres.

— ¡Hija! Cómo estás? ¿Cómo estuvo tu día?

— Muy bien mamá. Ya estoy instalada. Comparto el departamento con dos personas (omití mencionar que uno era hombre). El lunes iniciaremos con la rutina, por las mañanas trabajaremos en las oficinas y dos vecesecés por semana en la tarde asistiremos a las sesiones de las maestría.

— Aquí está tu padre. Nos alegra mucho escucharte, y saber que estás contenta.

— Gracias de nuevo por apoyarme en esta nueva etapa de mi vida.

— Te amamos hija, recuérdalo siempre.

Brotaron unas lágrimas de mis ojos y se me cerró la garganta.

— ¡Yo también los amo! Estamos en contacto.

Cassie:
Gracias por sus atenciones Sr. Castro.

Desconocido:
No soy tan viejo para que me digas señor. Dime señorito.

Cassie:
De acuerdo señorito. De nuevo gracias por esta oportunidad.

Señorito Castro:
No tienes nada que agradecer. Te ganaste tu lugar con la excelente presentación que hiciste.
Espero no haberme equivocado en darte está oportunidad. Y lo que necesites, estoy a tus órdenes.
Buenas noches.

Cassie.
Buenas noches.

A la mañana siguiente me despertaron mis roomies cantandome ¡Happy Birthday! Se me había olvidado por completo mi cumpleaños.

Al parecer en el calendario de actividades, agendaron los cumpleaños de todos los participantes.

Mi teléfono estaba inundado de mensaje de felicitación. El que más llamó mi atención fue el de Mateo:

"Feliz cumpleaños hermosa, espero que logres todos los objetivos que te propongas en esta nueva etapa. Te extraño."

Era un mensaje raro, él y yo no habíamos tenido nada como para que me escribiera esas cosas. Me limité a escribirle un "Gracias".

— Arreglate, ponte guapa. Está noche saldremos a celebrar tu cumpleaños. Hugo ya invito a los chicos.

— ¿A donde iremos?

— A un club nocturno que está de moda.

Salimos del departamento y nos fuimos al Club. Alessandra me prestó unos tacones de aguja y sentía que no podía caminar bien con ellos. Por suerte Hugo iba caminando junto a mí y me sostenía del brazo.

— No entiendo a las mujeres. Si no saben caminar con tacones, ¿porque los usan?— Se mofo uno de los chicos que venían con nosotros.

Alessandra le dio un golpe en el brazo.

— Serás tarado. Ya te quiero ver a ti caminando con estas cosas.

Llegamos al club y entramos sin problemas. Era un lugar muy moderno, con luces tenues y las paredes obscuras.

Nos sentamos en la mesa que nos asignaron, estábamos todos los de la maestría, nos pusimos a intentar platicar para conocernos mejor. Bailamos y bebimos unos Chupitos.

Cuando fui por una bebida a la barra, conoci a un chico y estuve platicando con él, me ofreció una bebida que rechacé porque me sentía un poco mareada. En un momento distraccion me sujeto de las caderas me atrajo hacia él y me besó. Yo estaba bajo la influencia del alcohol, por lo que me deje llevar. Puse mis brazos al rededor de su cuello y profundise el beso. Sentía sus manos acariciar mi cuerpo, subían y bajaban por todo lo largo de mi espalda hasta llegar a mis glúteos.

Por la mañana abrí los ojos y sentía que la cabeza me iba a estallar. Todo me daba vueltas. Estaba sola en mi nueva recamara. Me quite la sábana que me cubría y pude observar que estaba completamente desnuda!

¿Qué mierdas sucedió anoche?

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