Imprecisos e inciertos, así podría definir mis pensamientos acerca de ti y todo lo que vivimos la última noche juntos.
Pidiéndole a la lluvia que cantara cada vez un poco más alto para dejar de escuchar al menos un poco las voces que me decían tan exhaustivamente que te buscara. Esas mismas voces que me relataban al oído una de las tantas historias que vivimos juntos.
Pasando los minutos tratando de recordar el sabor de tus besos o el calor que emanaban tus manos.
La última noche que hablamos dijiste que me veías bien, como si nunca me hubiera dolido, como si no tuviera ganas de tenerte siempre y ganas de conocerte una y mil veces.
Nunca lograste ver que si te faltaba vida yo te la daría, que no me importaba el mundo entero porque lo único que quería era tenerte a mi lado, lo que quería era amanecer una y otra vez al lado del amor de mi vida.
Eras mi principio y mi final, eras mi gran motivación para alcanzar todo lo que quería y me proponía.
Pero siempre hubo una gran piedra en el camino, esa piedra que cada vez estorbaba más y más, esa piedra eran tus pocas ganas de salir adelante, de crecer juntos, de vivir algo nuevo... esa piedra era tu zona de confort, mantenerte donde te veías bien y vivir el día a día sin esperar nada del futuro.
Aunque al final no tuviera todas las respuestas, siempre creí que mi corazón no iba a aguantar si tú lo soltabas.
La última noche pensaba en cómo iba acabar todo, que te estaba haciendo perder el tiempo dándote otro intento, que el mayor fallo era que no aprendíamos de los errores, que siempre vivimos al filo de caer en un abismo sin fondo.
Siempre me decías que nunca te irías, pero al final fui yo quien me fui, me fui exhausto y con el corazón en la mano, pero con la frente en alto sabiendo que iba a iniciar un nuevo camino, un nuevo camino en el que me iba a dar todo el amor que merecía desde hace tiempo atrás, un amor sin peleas, un amor que no me robara la paz, un amor verdadero y sin tanto cuento.
A todo esto quiero contarte que te sueño hoy un tanto más que antes, que justo cuando creí haberte olvidado por completo, una imagen de tu sonrisa invade mi recuerdo y tengo que empezar de nuevo a buscar una manera de superarte.
Al final después de tanto tiempo me di cuenta que no tenía que aprender a dejarte ir a ti, que lo que tenía que aprender a dejar ir, era a la parte de mi que vive en ti.
Tengo que admitir que te extraño y que en la monotonía no iba a encontrar las fuerzas necesarias para decírtelo, pero te juro que te voy a dejar ir porque no quiero vivir como lo hicimos la última noche.
No te voy a dejar llorar de amor por mí, la última noche que lo hiciste, te vi a los ojos y mi corazón sintió como te quebraste por dentro.
Tu mejor amiga me dijo un par de veces lo mal que pasabas, que todas las noches en las que estabas sin mi llorabas y te sentías sola, que cada minuto sin mí era un martirio.
Y todo eso no está muy alejado de mi realidad, solo que aprendí que necesitaba sufrir un poco para lograr sentirme completo conmigo mismo de nuevo.
Sé escribir todo esto sin que lo leas es una causa perdida, me voy a perdonar porque conocerte fue una de las mejores cosas que han sucedido en mi vida y sino te vuelvo a encontrar es por culpa del destino.
Llevo más de un mes sin verte y empiezo a sentirme completo al fin, empiezo a sentirme lleno, empiezo a sentirme en paz.
La ultima noche que pasamos juntos y te vi solo podía pensar en todo el tiempo que perdí, que todo había cambiado de repente y hasta ese preciso momento lo entendí todo.
Solo no me busques más, que ganas con llegar si igual me volvería a ir con el viento? ¿Qué ganas con recordarme en cada canción? Me voy y ya no tengo tiempo de extrañarte.
Perdía el sueño, perdía la voz, perdía la cordura y siempre confundí esa locura con amor, pero nunca me importó porque fue la locura de los 2.
Al final de todo esto al parecer siempre el mayor culpable voy a ser yo, por seguir mi corazón, por irme cuando ya todo estaba llegando a un final, fui el mayor culpable para todos porque puse mi felicidad y mi paz antes que la tuya, y si de verdad lo soy, quema mis fotos, pierde mi sombra, ciérrame todas las puertas que cuando me fui quedaron abiertas, no intentes perdonarme, porque al parecer nunca te quise bien, nunca te quise como al parecer todos pretendían que debía hacerlo. Te ganaste el derecho a detestarme, a no verme de nuevo, pero si de verdad soy el mayor culpable, dale un respiro a mi conciencia porque no merezco volver.
Te duele que ya sé bien quién eres, sé nunca estuviste conmigo, sé que nuestras almas ya no vibras juntas, sé que ya no vives las noches como antes, sé que buscabas una razón para quedarte conmigo, pero también sé que te di todo y lo perdí.
Déjame ir, prohíbele a tus ojos verme, ordénale a tus manos que no toquen mi puerta, olvídate de todo lo que sabes, borra cada letra y ojala siempre te acuerdes de la última noche.
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La última noche.
RomanceRelato de un amor altanero y con precedentes en el corazón.