Megan se levantó de la cama, y se preparó para ir al hospital más cercano, a las 08:00 A.M de seguro no habría nadie. Salió de su casa y se dirigió al hospital que quedaba a unos pocos kilómetros de allí. Cuando entro todo estaba como ella se lo imaginaba, todo estaba desierto, sólo debía haber unas 4 personas a acepción de ella misma. Dio su nombre en la ventanilla y espero unos minutos más. Cuando la llamaron, entro y se sentó en la camilla.
-DR. SATRES: ¡Buen día! ¿Qué le anda ocurriendo señorita?
-MEGAN: Buen día, amm, me ha estado sucediendo cosas raras últimamente y quería saber si tengo algún daño.
-DR. SATRES: Pues, dígame señorita y podré ayudarla.
-MEGAN: Bueno, ayer me agache para sacar a mi perro de debajo de mi cama y sentí que algo se echo encima de mi espalda y empezó a presionarme contra el suelo, y luego de eso me quede completamente débil y sin aire.
-D.R SATRES: Muy raro, pero cierto, seguro debió de usted tener un ataque, ¿Es usted asmática?
-MEGAN: No, para nada, estoy completamente sana.
-DR. SATRES: Bueno, entonces te revisare, para ver si te lastimaste.
El Dr. Satres se levantó de su silla y fue a la camilla donde estaba Megan y le subió la camisa para ver su espalda, el Dr. Satres quedó completamente anonadado al ver su espalda.
-MEGAN: Dr. Satres, ¿Qué ocurre?
-DR. SATRES: Tienes marcas rojas por toda tu espalda, y algunos moretones muy pronunciados, ¿Seguro que solo le ocurrió eso?
-MEGAN: Si, Dr. Satres, solo fue eso, nada más.
-DR. SATRES: ¿Le duele si le presiono así?
-MEGAN: No, no siento nada, pero quizá lo sienta luego.
-DR. SATRES: Si, desde luego, le daré pastillas para calmar el dolor si usted lo siente más tarde, y cuídese mucho.
Megan salió del hospital y se fue directamente a su casa, y en el camino empezó a pensar un poco sobre lo que estaba pasando. Miro al cielo y se olvido completamente de todo y entro a su casa. Prendió la televisión, se sentó en el sofá y miro la televisión por un momento. Megan empezó a sentir que su espalda le ardía, le quemaba por dentro, ella pensó en decirle a Roger, pero luego y se aguantó el dolor, no quería preocupar a Roger por algo que no sabía ni siquiera si era algo grave o real. Cuando el dolor paró, ella suspiro de alivio, y se recostó en el sillón para descansar. Y luego saltó y soltó un gran grito, cuando sintió una fuerte puntada en su pecho, dejándola sin aire.
-MEGAN: ¿¡QUÉ QUIERES TU DE MI!? Gritó Megan, y el dolor dejo de invadir su cuerpo, Megan después de eso ya lo había decidido que hacer, iría con un especialista a solucionar el problema.
Megan vio a Roger entrar por la puerta y luego lo abrazo.
-ROGER: ¿Cómo te ha ido en el hospital?
-MEGAN: Bien, me dio pastillas para el dolor de espalda. (Mejor no le contaba nada a Roger acerca de los moretones).
-ROGER: ¡Ahh! ¿Seguro que no tienes nada malo?
-MEGAN: Claro que no ¿Por qué te mentiría? (Para no preocuparte, claro)
-ROGER: ¡Ok! ¿Ya comiste, o me estabas esperando?
-MEGAN: No, aun no comí, te estaba esperando.
-ROGER: Bueno, te haré algo de comer, tu pon la mesa.
Megan puso la mesa y le dio de comer a Damm, vio las pastillas que le dio el doctor y pensó tomarlas, pero luego se dijo a sí misma, que de seguro los dolores no eran por los moretones, y no las tomo. Roger se sentó en la mesa y comieron. Cuando terminaron de comer Roger empezó a hablarle a Megan, Megan quiso prestar atención pero no pudo, sentía que alguien la observaba, y luego sintió un frío que hizo temblar a Megan de los pies hasta la cabeza. Roger se estaba dando cuenta de que Megan no le prestaba atención y le toco el brazo haciéndola saltar de la silla.
-ROGER: Megan, ¿Estás bien? ¿Qué ocurre?
-MEGAN: Nada, no ocurre nada, ¿Por qué lo dices?
-ROGER: Porque estabas mirando en otra dirección con una expresión como de pánico y miedo, ¿Segura que estas bien? ¡No me hagas que lo averigüe yo solo!
-MEGAN: ¡YA TÍO ROGER! No me ocurre nada, estoy bien.
-ROGER: ¡Esta bien! Te creeré solo por ahora.
-MEGAN: ¡Tío Roger!
Megan sabía lo preceptivo que era Roger, el siempre presentía lo que realmente estaba pasando. Siempre cuando Megan hacia algo malo de niña, y no se lo decía a Roger ya sabía lo que había hecho ya. Megan trato de ser lo más impredecible posible, porque sabía que si no actuaba lo más creíble que pueda, Roger se enteraría de todo y se alteraría hasta tener un ataque cardíaco. Roger empezaba a sentir una intriga que lo impacientaba demasiado, él sabía que algo malo pasaba, y lo presentía por dentro, pero no sabía porque Megan no se lo contaba de una vez por todas. ¿Tan grave era el problema que tenía que ocultarlo demasiado? Megan sabía que Roger ya intuía que algo malo pasaba, y eso sería un reto para ella, porque cuando Roger intuía algo, no pararía hasta descubrir que ocurría. Megan comenzó a prestarle mucha más atención al problema que la perseguía, ¿Cómo haría para solucionarlo? ¿Será tan grave lo que tiene? Megan se dijo a sí misma, no sé lo que me este ocurriendo, pero lo averiguare, y lo resolveré, no importa que horrible sea el problema.
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Lo que el Demonio más Aprecia I
ParanormalMegan Shwart era una chica de clase media, de 20 años, que vive ahora en un pueblo, un poco solitario de Texas, más bien, alejado de casi toda la ciudad. Sus padres Marie Frayn y Arthur Shwart habían fallecido hace casi unos 15 años a atrás, cuando...