Okay se me acabo de borrar la historia así que les aconsejo que me sigan por si vuelve a pasar sepan que resubi la historia tampoco se les olvide dejar un estrellita
Y no se les olvide seguirme para que esten al día con historia como esta
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Jirou hizo un hábito de dormir durante los fines de semana porque, bueno, eran los fines de semana. Un momento de paz, tranquilidad y tiempo de calidad para sacar la fatiga de los últimos cinco días del sistema. Pero hoy, alrededor de las 9:00 am, estaba en el Parque Municipal de Playa en Mustafu, que había sido limpiada misteriosamente por alguien de un extremo al otro. Mientras se estiraba, escuchó un ruido sordo, un gruñido y arena crujiente un poco lejos.
Izuku estaba sacudiendo la arena de su cabello y quitándose el polvo. No tardó mucho en darse cuenta de que acababa de saltar de la calle desde la barandilla hasta la arena cuando había un conjunto de escaleras perfectamente funcional, por no mencionar infinitamente más seguro, justo allí. "¿Realmente tuviste que saltar?"
"Estoy practicando para romper mi caída. Los paracaidistas lo hacen cuando aterrizan y reduce el impacto a aproximadamente el veinte por ciento de lo que debería ser si simplemente aterrizaran los pies primero. Incluso sin usar mi Quirk, podría saltar del tercer piso". y sobrevivir con algunos moretones. Teóricamente ".
"¿Sabes qué? No voy a dejarme atrapar por esto. ¿Podemos empezar a correr?"
"S-seguro". Con eso, ambos se fueron con un lento trote. Siendo el que tenía el paso más largo debido a la diferencia de altura, Izuku estaba corriendo varios pasos por delante de ella. Con el ceño fruncido, Jirou aumentó su ritmo, alcanzándolo. Pero solo fue cuestión de minutos antes de que la dejaran de nuevo.
"Maldita sea ... Midoriya, ¡¿cómo diablos vas tan rápido en la arena?"
"¡U-Usa tus dedos de los pies! ¡Patea muy fuerte!" Respondió haciendo una breve parada mientras corría en su lugar.
"Dedos... .huh... .bay.... También..." Balanceando sus brazos más mientras pateaba la arena con los dedos de los pies tanto como sus piernas aún doloridas permitían, ella avanzó. Ella no sentía demasiada diferencia, pero al menos ya no se estaba quedando atrás.
Manteniendo este ritmo durante algún tiempo, la mente de Jirou vagó una vez más a su balada sin nombre ahora con un primer verso:
¿Por qué, oh por qué los escondes, por qué?
Esas cicatrices y moretones tanto nuevos como viejos.
Cubriendo tu cuerpo, destrozando tu corazón.
Algunas curaciones, algunas viejas, pero el sangrado no se detiene.
Pero puedo decir, solo lo sé, ellos pican y duelen igual
