Arrival of The Birds

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I

La primavera se había pasado tan rápido como su primer amor.

Chanyeol era alto, guapo y carismático, pero lamentándolo mucho también era incapaz de amarlo. Le había contado que le gustaba alguien más. ¿Era chico, chica, anciana, un mocoso de primer semestre? No lo sabía, y la verdad no contaba con muchas ganas de enterarse. Sin embargo pasó algo curioso y es que, pese al rechazo, el más grande (aunque menor) nunca le trató mal. Le provocaba una gran irritación cuando alzaba su mano para saludarlo y hacía como si no hubiera sentido ni un ápice de atracción por él. Cualquiera habría creído que la mejor opción resultaría distanciarse, pero Baekhyun tenía algo de masoquista y con cada relación se encargaba de destacarlo.

Una vez Chanyeol le mencionó a la persona de la que estaba enamorado, con entusiasmo y brillo en sus ojos; moviendo las manos, haciendo gestos, como siempre hacía cuando algo le resultaba interesante. Baekhyun se mordió tan fuerte el labio que empezó a sangrar.

II

Kyungsoo se había empecinado en escribirle algo todos los fines de semanas. Algo que nunca había hecho por nadie. Fue su cúspide de la creatividad e ingenuamente le llamó "amor".

Entonces vio a Baekhyun en todos lados. En cada paso, en cada pared de su apartamento; en sus comidas, en el florero que este le había regalado y en el cielo mismo, que se teñía de colores pasteles cada que llegaba el atardecer acompañado de su mensaje diciendo "ya salí de clases ¿dónde estás?". Había querido a Baekhyun de una manera tan abrupta, pero ya premeditada, que se podría haber comparado con la llegada de las aves cuales atravesaban el mar durante el invierno y al fin alcanzaban el calor, después de meses de viaje.

Tenía otro amigo, llamado Jongdae, que se reía de él pero no con malas intenciones. "Nunca creí podrías llegar a estar... así" le mencionó una vez, mientras lo llevaba en su motocicleta pintada de pikachu, a uno de los tantos encuentros con el mayor.

III

Baekhyun no leía; así que mucho menos podría escribir algo lo suficientemente coherente para el más bajo. Por lo tanto, después de un mes de salir, se propuso regalarle una flor todos los fines de semana. Kyungsoo sería el poeta, pero él tomaría el lugar del clásico caballero con poca originalidad que, como mínimo, sí entraba en la categoría de detallista. También le regaló un florero para dejar los regalos, donde Kyungsoo colocaba cada uno y regaba hasta que ya no daban para más. Contaba que los pétalos se secaban tras mucho tiempo en realidad, y que hubo un momento donde las flores ya no entraban en la porcelana.

Entonces ya no le escribía solo cuando las nubes se teñían de colores anaranjados; lo hacía todo el tiempo.

Hasta fastidiar.

IV

Las manos de su novio eran tan suaves... Incluso si este era más alto y tenía los hombros un par de centímetros más anchos, tenía las manos de un ángel. Nada que ver con las suyas, pequeñas, rusticas, ásperas; ocasionalmente cansadas de tanto escribir a máquina.

Baekhyun decía que hacerlo a la antigua era un masoquismo. Una vez le dijo, mientras estaban echados sin hacer más que mirar el techo blanco de su habitación, "tú eres de los míos". No obstante Kyungsoo nunca descubrió que se refería a lo del masoquismo porque nunca se lo preguntó. Creía, más bien, que se refería a que era suyo y de nadie más.

Pasaba horas acariciando el cabello de Baekhyun mientras este le cantaba, enterrando sus dedos en sus hebras y sintiendo un cosquilleo en las yemas de estos al final. A veces era diferente y cantaban juntos.

Era mágico.

Era.

Kyungsoo dejó de sentir el cosquilleo en sus dedos después de un tiempo, cuando las flores dejaron de llegar y el atardecer se percibía repetitivo.

V

Baekhyun se había enamorado de Kyungsoo. Se había mudado junto a él, compartía su cama, compartía su comida y hasta la vestimenta. Seguía usando sus mejores ropas en invierno, más ahora las combinaba con el menor. Y eso le encantaba. Le encantaba verlo usando la camisa que había usado él la semana pasada, le encantaba verlo todas las noches y le encantaba la sensación de sus dedos apretándose al entrelazarse. Por ello le dolió cuando notó que, efectivamente, a Kyungsoo no.

Su novio se quedó sin inspiración. Ya no escribía. Ya no sonreía ni comía como antes. Prefería regresar solo de la universidad, salir solo con sus amigos y Baekhyun se quedó esperando a que la magia, de alguna manera, regresara.

VI

No volvió.

La distancia se hizo más grande.

VII

Sonreía como siempre, apoyado en el marco de la puerta, mostrando sus dientes brillando y sus ojos achinándose de esa manera que a él tanto le gustaba. Sí, a Kyungsoo aún le gustaba ese gesto. Aún le gustaba Baekhyun aunque le había dicho a Chanyeol que definitivamente ya no.

Daba igual porque Chanyeol tampoco le había creído.

El olor de la sopa que habían comido por la mañana se colaba por su nariz que estaba roja.

"Cuídate mucho" fue lo que le dijo. Parecía contento. Pero Kyungsoo sabía que ambos eran masoquistas y malos mentirosos. Tuvo el mismo malestar estomacal que la primera vez que lo vio. Pero era lo mejor. Pero.

Estaba... cansado. No quería seguir teniendo un novio. No podía, por el momento, seguir teniendo un novio.

"Quizás todo tenga un debido tiempo".

"Lo sé".

"Cuídate mucho tú también".

"Lo haré".

Estuvo por irse, aunque lo siguiente se escapó como un fuego artificial al cielo de sus labios. "Baekhyun". Como algo que resplandecía en la oscuridad de la noche.

"Pase lo que pase, aún te voy a querer ¿sabes?"

"Lo sé también" respondió esta vez él, sus ojos brillaron aún más que sus dientes. "Por eso es mejor que te vayas, Kyungsoo".

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