ESTOY AQUÍ ✨

UN COMIENZO CON BUEN PIE

Hola, me llamo Daniela Still. Prefiero que me llamen Dani, a secas. Tengo 16 años, y mi papá es el mejor amigo del jefe de la mayor empresa de ropa del mundo. Yo siempre soñé con ser la dependienta de una tienda de las suyas, pero mi papá quiere que estudie una carrera y que sea cirujana, como él. ¿Por qué los papás se empeñan en que sus hijos estudien carreras de mucho prestigio para poder pregonarlo a los cuatro vientos y no se interesan por lo que realmente quieren estudiar o ser? Ya vi desde hace tiempo que lo mío no es estudiar, que no valgo para eso, que yo nací para relacionarme con la gente, para ayudarla.. no para vivir pegada a unos libros mientras me encierro en mi casa. Siempre se lo decía a mi papá, y él se ponía furioso sólo de pensar que una de sus hijas no iba a ser la "Cirujana Still". El caso es que yo no era hija única. Yo era la mediana. Por debajo de mi estaba Stella, de 14 años. Por encima mío estaba Sara, de 21. Sara estaba estudiando Odontología, y Stella tenía unas notas brillantes. Todo apuntaba a que iba a lograr entrar en la carrera de Aeronáutica, que era con lo que ella soñaba y de lo que hablaba todos los días cuando llegaba de la escuela.

Mis notas siempre habían sido sobresalientes, hasta el tercer curso de secundaria. Ahí conocí a Raúl, en un evento de Crossfit, al que asistí con mi papá (era un obseso del deporte y yo tenía que reconocer que me había vuelto adicta a estas clases). Fue como un flechazo. Yo, sin experiencia en el amor, y él, con esos abdominales, tenía toda la pinta de estar lleno de pretendientas. Raúl tenía 18 años y era el mejor de la clase. Tenía un cuerpo muy atlético que llamaba la atención, y una cara parecida a la de Zac Effron, mi amor platónico desde que tengo 12 años. Cruzamos miradas, y rápidamente aparté la mía. ¡Qué pena!