Todos perfumados, arreglados y bien peinados (si es que seguían con la dicha de tener cabello). Algunos andaban en los huesos, otros cuantos seguían conservando su piel ya algo azulada por el paso del tiempo, pero todos ansiosos por la misma razón.
El resonar del mariachi se escuchaba en el fondo junto con el zapatear de los bailarines del folclor mexicano. Los niños gritaban y reía paseando papalotes, jugando con muñecas o cualquier otro juguete que se les había dado de años pasados. Pero la mayoría miraba el segundero del gran reloj, que estaba en la torre principal del pachangón, como le llamaban a ese lugar, que se movía con compás marcado como el de siempre pero que justo en ese momento parecía ir más lento.
- ¿Cuánto falta?
- Ya sólo cuarenta minutos. - Respondió el que en sus años de vida había sido bailarín, pero ahora compartía esos movimientos de caderas huesudas con los difuntos. Su cara aún con piel estaba decorada con pintura negra y blanca junto con algunas grecas pasando por sus pómulos e inicios de su frente, vestía un elegante traje en tonos coloridos y vivos como su personalidad (vaya ironía ¿no?).
- ¡Ya no resisto más! - Dijo el que tenían los ojos brillando de emoción, pues era el primer 2 de noviembre que pasaba estando del otro lado y ya quería ver el altar que su familia le había hecho, seguro lo compartía con su abuelita que ahora estaba platicando con unas de sus amigas que se había encontrado al llegar al pachangón. Su nombre era TaeHyung, el chico que en cuanto se apareció se había puesto a soltar lágrimas al ver a su abuela de nuevo, recibiéndolo con los brazos abiertos y una hermosa sonrisa.
- Ten paciencia, ya logro ver el atisbo del brillar de las primeras velas, y el olor a pan de muertos con chocolate caliente ya está llegando. - Si tuviera piel, a ese que alguna vez fue casi moreno canela, se le hubiera enchinado hasta la nuca con el olor que había descrito. - Delicioso.
- Y ni hablar de las flores de cempasúchil. - El rubio dio un gran suspiro al aire lleno de esos olores que lo hacían sentir vivo de nuevo, se llevó el cabello hacia atrás y sintió el tacto de unos dedos tomando en un apretón su otra mano regordeta, volteo su cabeza viendo a ese chico de cabello azul que asentía dándole la razón, ellos habían llegado juntos hace casi seis años.
- Si, también es agradable. - Le contestó de vuelta NamJoon.
Cada uno llevaba trajes a su gusto, pero todos elegantes como excelentes catrines que eran. Se mantenían platicando, como las miles de personas presentes, para que el tiempo pasara más rápido.
- ¿Les cuento un chiste? - Habló ese lindo catrin de cabello negro y el único de los siete amigos que se había negado a maquillar su rostro como se acostumbraba, pues alegaba que era hermoso y no iba a ocultar eso.
- Ya va a empezar...
- JungKook respétame que soy casi una década mayor que tú. - Claro, tomando en cuenta la fecha de su defunción. - Bien, como les decía. - Afinó su voz. - Amm... Esperen, dejen que se me ocurra algo.
- ¡Ay por favor! - Bien, ese es Jeon JungKook, era el más chico en apariencia, pero había llegado ya hace cuatro años lo que lo hacía más grande que HoSeok y TaeTae. - Se supone que debes de pensar el chiste antes de decir que lo vas a contar, y luego esas chicas, incluso la viejita de cabello verde, - Dijo señalando a un grupo de catrinas de vestidos hermosos, pero a las que ya se les paraban las moscas... - no te quitan la mirada de encima y es escalofriante. - Arrugo su nariz haciendo cara de disgusto mientras sacudía el cuerpo aparentando escalofríos.
- Es que las traigo muertas.~ -Movió sus "cejas" y mandó un beso volador al grupo de damas. Regreso a mirar a sus amigos y empezó a reírse. - ¿Entienden?... ¡Muertas!... - Su risa se escuchaba por todos lados haciendo voltear a las personas de alrededor, sus hombros se movían arriba y abajo mientras trataba de tapar su boca que soltaba ese peculiar chillido limpia vidrios y con su otra mano palmeaba una de sus piernas, daba más risa verlo que aquel chiste malo.
- No, por favor JiMin, no te rías. - Pero el rubio ya andaba sonriendo en grande y empezaba a hacer ruiditos tratando de contenerse. - Es un chiste malísimo, ni siquiera sé si es un chiste. - YoonGi hizo de una fina línea sus labios pues el menor ya soltaba esa risa que había escuchado por años. Negó con la cabeza mientras cerraba los ojos.
NamJoon se dio una palmada en la frente ya algo avergonzado por sus amigos. - ¿Por qué les hablo? - Restregó como con frustración la zona, después miro esa misma mano y observo la pintura embarrada por toda su palma. - ay... ¡No! - Soltó un bufido y volvió a golpearse la frente. - ¿Por qué soy así?
HoSeok lo vio y no tardó en burlarse haciendo más escándalo con su risa tan delicada, bien tal vez delicada es una palabra un poco corta para describirla, pero lo dejaremos así porque ya entienden ustedes, sin importarle el vocerío que ya había, aplaudiendo mientras seguía carcajeándose.
Todos teniendo ese ánimo alegre que aumentaba más la dicha de poder acercarse un poco más a sus seres queridos que continuaban trazando un camino en la vida.
Con cada minuto los aromas aumentaban de a poco y se empezaba a detectar una nítida luz en dónde debería estar el cielo.
- Espero que me hayan puesto un plato con kimchi, arroz y carne de cerdo. - A HoSeok ya se le caía la baba de tan sólo imaginárselo. - ¡Rayos! Ya me rugen las tripas que ni tengo.
- No, yo prefiero un buen plato de pollo frito agridulce con una botella de soju, sí, eso quiero. - JiMin se pasó la lengua por los labios esperando sentir ese sabor que parecía hace años no probaba.
- Pero si fue lo que te pusieron el año pasado.
- Jin, a ti te ponen un espejo, agua, jabón y un filete grande de carne cada año y no te digo nada.
- Pero es que necesito cerciorarme de que sigo siendo mundial-mente guapo, también lavar esta cara tallada por los mismos ángeles del cielo.
- ¿Y el filete?
- Es delicioso.
- Como sea, tenemos que disfrutarlo. - Nam se encontraba viendo fijamente el reloj que seguía andando mientras pensaba. Lo importante es que podría estar a lado de quienes más amaba durante algunas cuantas horas después de un largo año de espera.
- ¿Sabes qué es el colmo de que murieras JungKookie? - Todos pusieron atención al más grande que parecía seguir pensando en más ocurrencias.
- Pues... - El de cabello castaño estaba confundido y desconfiado por la pregunta de Jin. - Que tenga que soportarte. - Lo dijo más en forma de pregunta que afirmando. HoSeok, Tae y JiMin empezaron a sonreír por el comentario.
- Tal vez, pero el colmo es que dicen que la nariz y las orejas nunca dejan de crecer, - Empezó a dar resoplidos por querer aguantarse la risa. - así que ya te fregaste.
Kookie alzo una ceja y se agarró el puente de la nariz agachando la cabeza tratando de ignorar las carcajadas de los otros.
- Jin eso sólo sigue aplicando cuando estas vivo. - NamJoon dijo aunque seguía riendo.
- Bueno, he ahí el lado bueno.
Los siguientes minutos siguieron pasando entre bromas y alegatos como el que JungKookie le pasara nariz a NamJoon que ya no tenía casi nada por tantos años de estar allí, o jugando con el brazo que se le caía a JiMin de vez en cuando y que usaban de rasca espaldas, para molestarse entre ellos tratando de picarse o simplemente para hacer enojar al rubio.
Sin previo aviso se empezaron a escuchar campanadas retumbar por todo el lugar, haciendo eco en cada rincón pero sin llegar a aturdir. Los chicos guardaron silencio junto con la muchedumbre y miraron al espacio iluminado por una luz cálida sobre sus cabezas. Persona por persona, catrín por catrín, huesitos por huesitos, fueron cerrando los ojos empezando a prestar atención a los murmullos de risas y platicas que no eran de nadie en el lugar en que habían estado parados esperando. Del suelo brotaron plantas creciendo hasta un metro de altura y al hacer contacto con ellas, enrollándose en sus piernas, abrieron sus veinte pétalos liberando un olor intenso, se sintieron flotar en un mar de flores color sol, ellas eran calidez, la primera calidez que sentían contra sus pieles y huesos después de un año de frialdad.
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02-11... |BTS|
FanfictionEllos ansiosos, como cada año, dejan pasar los minutos en espera de poderse reencontrar con sus seres queridos. ⚠ Queda estrictamente prohibida la copia o la adaptación de esta obra. ⚠ Esta obra ha sido re subida por mi misma, ya que con anteriorid...