Por favor, quédate un poco más conmigo.

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Era un día espléndido, las aves cantan las flores florecen, es un perfecto día para pasear por los bosques y, eso mismo hacíamos él y yo. Lo observé y pude admirar que, estaba alegre por estar aquí.

Pues claro, ser un maniático con los árboles no es sólo un título, y él es el único qué lo lleva.

- Querido Evan Hansen, el día está tranquilo y no tengo mucho de qué hablar. -Conté mientras caminaba al lado del Hansen, éste me miró interesado y paró su caminar sólo para darme mi merecida atención.- Pero, seguramente algo se me ocurrirá, cómo por ejemplo, he parado de fumar drogas. -Hansen se quedó petrificado al oír tal cosa.

- ¿Drogas...? -

- Digo, he parado de fumar nicotina y todo está bien. - Sonreí mientras empezaba a caminar, Evan se quedó mirándome hasta por fin empezar a caminar.

- Me alegra mucho que hayas dejado por fin eso, te hace mal en el cuerpo. - Me aconsejó, el castaño claro mientras suspiraba aliviado y yo sólo lo miré un poco extrañado.

Ahora que recuerdo... Él nunca me respondió a mi confesión...

- Evan... - Me agaché un poco hacia él, y empezó a buscar otra cosa del hablar.

- ¡Mira! ¡Ese es mi árbol favorito! - Apuntó y empezó a correr como un niño el mismo Hansen haciéndome soltar un suspiro.

- ¿...? - Me acerqué a él y empecé a caminar lento para posicionarme a su lado. - ¿Éste es tu árbol favorito? - Cuestioné curioso.

- Bueno, me gusta este árbol más que los demás pero no es mi favorito... - Giré mi cabeza y bajé la mirada hasta que Él subió la suya.

- ¿Entonces cuál es tu árbol favorito? - Pregunté con cierta duda y noté que se giró para poder mirarme de frente e hice lo mismo.

- Pues... - Me abrazó el torso, para mirarme y apoyar su mentón en mi pecho. - Eres tú. -

Me ruboricé ante tales palabras adjuntas con aquella radiante y sonriente sonrisa en sus labios.

- ¿E-En serio? - Lo noté asentir, entonces me le acerqué hasta que quedar nariz con nariz. - Entonces, tú eres mi droga favorita. - Pude admirar el bello sonrojo en su cara con aquellas estrellas que eran sus pecas.

- ¿H-Hablas de verdad? - Empezaba a temblar y a ponerse nervioso, entonces sólo atiné a encestar un beso en sus labios a lo cual él no supo qué hacer.

Yo sólo lo tomé en mis brazos para acariciar su mejilla mientras me acomodaba en los labios ajenos, lo guiaba para seguir el beso al cual poco a poco cedía hasta tener que enrollar sus brazos en mi cuello y yo acercarlo más a mi mientras abrazaba su cintura.

Lo besaba de una manera dulce, tierna y dulce, no habían intenciones ocultas en aquella acción, sólo demostraba mi amor profundo hacia él.

Cuando el aire faltaba nos separamos, él estaba rojo y yo sonreía complacido para después darle un beso en la frente y otros dos en las mejillas.

- Te amo, Evan Hansen. Desde años siento esto por ti... ¿Cuál es tu respuesta? - Lo miré enamorado mientras acariciaba su mejilla.

- Y-Yo... Yotambiénteamo. - respondió de manera rápida mientras no evitaba su creciente sonrojo a lo que yo me reía.

- ¿Somos pareja? - Junté nuestras narices en beso de delfín mientras Evan sólo trataba de calmar su sonrojo.

- Sisupongoquelosomos. - Respondió rápidamente y después empezó a pensar y hacerse un lío en la cabeza.

- Evan, sólo dí un Si o un No. -

- S-Si... - Soltó un poco indeciso.

Suspiré de manera pesada mientras me sentaba en el suelo con mi Arbolfilico en mis piernas y lo seguía abrazando por la cintura, Ev sólo se sujetaba mío para evitar que se cayera o que ambos cayesemos.

En cuanto logré una posición cómoda para ambos empecé a darle varios besos por toda su cara y oírlo reír ante ello.

¿Quién diría que terminasemos así...?

De cualquier modo, a mi, este final me gusta mucho.

Por que te amo, Evan Hansen.

Siempre lo haré.

Por favor, espero que te quedes un poco más de tiempo a mi lado, Hansen, no te quiero perder...

No te quiero perder jamás.

Por favor, quédate un poco más conmigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora