Desde que recuerdo siempre he deseado encajar. Muchos creerían que era un pretencioso, sin embargo, sólo quería establecer mis partes buenas a los demás para mostrarme a mí mismo que no soy un simple saco de oscuridad y desolación.
Si les dijera lo que me conforma ¿Me rechazarían? Y si les mostrara mi lado más perverso ¿Tendrían miedo o repulsión? En aquella habitación húmeda y llena de tinieblas no tengo más que una vela para alumbrar mi camino. Intento escapar de lo que me convertí, pero el monstruo se vuelve más fuerte.
¿Algún día podré limpiar mi consciencia? No veo otro modo de acabar con esto y conservar mi vida. Nunca pedí ser como soy ¿Por qué cargo con las consecuencias? ¿Acaso la tristeza merece castigo? El monstruo sonríe con cada lágrima que derramo y festeja con cada navaja que pasa por mi brazo.
Si no se hubiera anidado en mi vida estoy seguro que sería como los demás. No necesitaría ninguna máscara de felicidad y normalidad. Lo que viviría sería real, más que un simple deseo o una dulce mentira.
"¡No lo hagas, no lo hagas!" grita con desesperación mi candil, que siempre me suplica volver a empezar. "Hazlo" dice con falsa bondad el monstruo a mi lado, notablemente me ha superado en tamaño y peso desde que llegó. Sus garras rasguñan mi rostro y cuerpo con lentitud a la vez que sonríe mostrando sus afilados dientes.
El viento me acaricia y revuelve mi descuidado cabello al tiempo que el precipicio grita mi nombre. La vela se consume gradualmente en mis manos, ella y yo luchamos por preservar su calor. Sólo queda rogar por que se quede conmigo una vez más...
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Cuentos para dormir
HorrorCuentos cortos ideales para antes de dormir... Si no te importa tener pesadillas