Capitulo uno: Una vida "normal"

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Abro los ojos, me despierto y escucho a mi padre salir de mi cuarto, el acaba de despertarme, me suele dar un pequeño empujón y hablarme. Él sabe que eso ya es suficiente para que me despierte, veo el techo por un par de minutos, mientras me animo psicológica mente para levantarme. Hasta que finalmente lo hago, me dirijo al baño mientras afronto el frió que hay en la casa, me procuro lavarme la cara y los dientes, lo cual me ayuda a despertar por completo. Luego empiezo a vestirme y a tender la cama. Me pongo el uniforme del colegio... del colegio?Hace mucho tiempo que no iba al colegio... No desde lo que paso con...

Me despierto súbitamente, aun es de noche, veo a mi alrededor y afronto la realidad, que tan solo era un sueño. Observo mi cuarto, destrozado, sucio y con el frió entrando desde una ventana rota. Asimilo que han pasado como 2 años que ya no voy a la escuela, que ya no veo a mis amigos y que deje esa vida de la cual tanto me quejaba atrás. Sé que ya va a amanecer, no es la única vez que me levanto a esta hora en específico por pesadillas y sueños. Así que me levanto agarro la ropa de siempre, un pantalón viejo pero abrigado, una camiseta color verde y negro y un canguro gris, solamente gris.

Observo por la ventana, aunque abunda la oscuridad sé que hay criaturas allá afuera con las cuales no quisiera encontrarme. Debo esperar a que salga el sol, a que sea más seguro salir a la calle. Aprovecho el tiempo para hacer inventario de mis cosas, salgo de mi cuarto y observo el suelo. Me sorprende que cada mañana este mas rajado y quebrado, intento abalanzarme por los pedazos de suelo que sé que aún están fijos. Tengo miedo de caerme, lo admito, pero la necesidad de llegar al otro extremo es más fuerte. Saco de una pequeña mochila lo que tengo, encuentro una linterna, unas baterías, mi reloj, una mitad de manzana, una pistola, no pienso usarla, pero es mejor llevarla a cada momento, y por ultimo están dos fotos, una con mis amigos y otra con mi familia, estas dos cosas son las más importantes y las que me mantienen cuerdo. Sé que tengo que irme a otro lugar, la comida que encontré aquí ya se acabó hace 1 día y medio, pero encontrar un edificio o casa medianamente alto y que no esté a punto de desplomarse es complicado.

Veo que el sol está empezando a asomarse y me preparo para el viaje, me dispongo a dirigirme al norte, sé que ahí había supermercados, espero encontrar algo. Me coloco mi mochila y bajo las gradas con sumamente cuidado. Tengo que bajar 4 pisos, pero las gradas del segundo piso están por desplomarse, utilizo un par de escombros para colocarlos en las escaleras a ver si resisten el peso, luego las recojo y pasó con una mediana confianza.

Logro llegar al primer piso, veo la puerta de salida, es curioso... después de todo lo que pasó en el edificio la puerta de vidrio sigue intacta, me pregunto cuántas personas salían desesperadas del edificio, golpeándose entre sí. Me acuerdo la noche que salí corriendo de mi casa, mis padres en el auto, me acuerdo que estaban esperándome, yo recogiendo mis cosas y de repente... Escucho un ruido, eso me pone alerta y me ayuda a salir de mi propia nostalgia. Hay algo dentro del edificio, está en el piso superior, me pregunto que será, espero lo peor. No sé si sacar mi arma de la mochila o salir corriendo, pienso, tal vez sea una estructura a punto de derrumbarse. Pero escucho el grito, ese grito que hace helar la sangre, me quedo paralizado, tengo que salir, tengo que salir ya!

Me doy media vuelta y lentamente me dirijo a la puerta, empiezo a oír como se mueve, como corre y como respira. Estoy a unos 2 metros de la puerta, siento que choco algo con mi rodilla y solo veo una escoba vieja caer, escucho el sonido de la escoba chocando con el piso en cámara lenta, mi corazón empieza a acelerar, los pelos se me erizan y siento como el sonido retumba en mi cabeza, como si fuera un disparo. Pero esto es algo peor, me doy la vuelta, y ahí estaba, una figura medianamente grande y delgada, pálida, con unos ojos... unos ojos... No tardo en darme media vuelta y disponerme a correr a la salida, vuelvo a escuchar el grito de esa bestia y solo siento como empieza a perseguirme, escucho su jadeo infatigable, como cual perro hambriento tras un trozo de carne. Afortunadamente la puerta estaba más cerca de lo que pensé, salgo de una vez por todas y siento la luz del sol, como también siento la seguridad y confianza a través de mi cuerpo. La bestia frena, ve que hay luz y, como si pudiera razonar, se da la vuelta y se mete en la oscuridad.

Caigo al suelo, me arrodillo y me dispongo a llorar, aun siento mi corazón latir y las lágrimas no paran de salir. No puedo creer lo cerca que estuvo eso, se supone que ya no hay más cosas de esas en la zona, tratare de ir con más cuidado. Me levanto, seco mis lágrimas y aun aturdido, vuelvo al camino inicial que estaba siguiendo.

Mientras camino veo la carretera, veo a los autos en mal estado y no puedo evitar el pensar en lo que ocurrió. Me acuerdo tan bien lo que sucedió esa semana, tanto que la podría recitar a alguna persona que no sepa nada del tema, a un extraño, a un amigo. Me acuerdo como el gobierno cerro las salidas de la ciudad... como si eso fuera a pararlos, a parar lo que hicieron, lo que crearon.

El ser humano fue una raza que decidió exterminarse a sí sola, una guerra entre dos de las potencias mundiales desencadeno una desmoralización en los países. Empezaron con amenazas, luego siguieron las quejas, los movimientos "estratégicos" para arruinarse entre sí, y al final, al final llegaron las bombas. Todos los países empezaron a atacarse, empezó a ser una competencia por quien era el más poderoso y sanguinario. Hasta que lanzaron la "genocide" una bomba súper potente que supuestamente iba a acabar con cualquier ser viviente en un rango cerrado. No sé cómo funcionaba, no sé qué es lo que supuestamente hacía, pero si se lo que hizo. Esa cosa convirtió a la mayoría de todos los seres humanos en monstruos, seres que no debían pertenecer a este mundo. Seres que se comen lo que sea y a quien sea.

Vuelvo a pensar en el que me ataco esta mañana, me pregunto quién habrá sido antes de todo, que persona habitaba ese cuerpo antes que le pasara todo eso. También me pongo a reflexionar acerca del porque esos seres no pueden pasar a la luz del sol... solo a la luz del sol, los he visto en la oscuridad atacar a gente sin importarles las linternas, o los faroles de luz. Bueno, a quien le interesa, mientras esas bestias no puedan salir al día, me sentiré tranquilo.

Me vuelvo a concentrar en el camino, ya avance buen trecho y ahora me siento agotado, siento que me vence el sueño, pero más que nada, tengo hambre. Saco la media manzana que tenía en la mochila, me siento en la vereda y la empiezo a comer, le doy un mordisco, luego otro, pero empiezo a tener un dolor de cabeza. Empiezo a ver borroso, me mareo, intento levantarme pero no puedo, cierro los ojos y... el dolor pasa, me levanto sorprendido de lo que paso. Analizo lo que paso, me doy la vuelta y lo veo, el mismo monstruo, parado en la luz, la respiración se acelera, veo sus ojos, sus ojos totalmente color rojos, sin vida. No puedo evitar gritar, mi cuerpo se paraliza, sé que no tengo escapatoria, el también grita, pero su grito es más fuerte y a la vez mas chillante, se acerca corriendo, solo cierro los ojos me tiro al suelo y me acurruco esperando el final.

Me levanto en la tarde, sigo echado en el piso. Analizo que todo fue una pesadilla, veo la manzana botada en el suelo, seguramente me desmaye mientras comía esa manzana y ahora estoy aquí. Ya va a anochecer en un par de horas, así que no hay tiempo que perder, me levanto y busco un edificio con altura, mañana me preocupare por buscar comida.

Empiezo a caminar y a la vez a analizar esa pesadilla que tuve, se nota que ese monstruo realmente me marco. Pero la idea que no puedo sacar de mi cabeza son sus ojos, esos ojos de color rojo que se asomaban, no sé qué sensación me causan, pero aun así la forma penetrante y sin vida es algo simplemente aterrador. Una vez de pequeño fui a cazar con mi padre, yo no estaba entusiasmado, porque no me gusta la idea de matar animales. Pero aun así seguí sin decir nada, preparamos una trampa, simple, pero eficaz. Y solo recuerdo el momento cuando la liebre en manos de mi padre murió, mi papá le torció el cuello y vi súbitamente como a través de sus ojos la vida abandonaba dicho cuerpo, y sus ojos se quedaba sin vida. Esos mismos ojos de un animal muerto son los cuales veo en estos seres.

Me empiezo a preocupar, no encuentro ningún lugar donde pueda acomodarme. Y sinceramente ya he perdido la confianza de este lugar, luego de lo que paso en el otro edifico, tratare de ser mas cuidadoso. Sé que estos seres no pueden estar en la luz del sol, pero que pueden estar debajo de luz artificial, aunque esto les incomode. Por lo cual tratare de buscar un lugar que tenga señales de que hay aunque sea una luz parpadeante. Así me aseguro que de no podrán estar ahí, o eso espero. La luz empieza a irse, entro en ansiedad, no sé dónde quedarme, no sé dónde resguardarme. Empiezo a correr desesperado, veo las calles de lado a lado buscando un poco de luz que pueda darme confianza. Hasta que giro la cabeza y lo veo. Un edificio grande, con un poco de luz aun prendida. El único problema... Es un Hospital.

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