Capitulo 2: ¿Esperanza?

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Me lo pienso dos veces, sé que no debería hacerlo, pero dudo bastante acerca del hecho de entrar al hospital. Simplemente no me agrada la idea, veo a los lados buscando otro lugar medianamente decente, pero no lo encuentro. Empiezo a mentalizarme, tomo un hondo y largo respiro y me dirijo a la entrada, las puertas están totalmente destrozadas, veo como fueron atravesadas de forma salvaje. Pero me pregunto quién habría hecho todo ese destrozo, si los seres que querían alimentarse o personas que estaban intentando escapar o salir.

No me siento cómodo en el hospital, me trae muchos malos recuerdos, como cuando mi hermana menor fue internada, mucho antes de lo que pasara todo, no sé qué es lo que le paso para que ella estuviera ahí, solo sé que estaba en muy mal estado y yo solo lloraba y lloraba a su lado, mientras la veía dormir. Me acuerdo cuando cerró los ojos y solo escuche un pitido desde una máquina, no sabía que era lo que significaba, solo vi a los doctores entrando a la sala y pidiéndome que salga.

Ya estoy en el segundo piso del hospital, pienso subir al cuarto piso y quedarme donde haya luz, me pregunto porque aún hay electricidad, tal vez el hospital funciona a base de generadores, y de algún modo aún están prendidos. El lugar es bastante tétrico, el solo hecho de ver los cuartos vacíos, las camillas tiradas, es más que suficiente para estremecer mi cuerpo. Llego al cuarto piso, veo un pasillo bastante largo pero estrecho, los cuartos están enumerados, no sé si colocarme en el cuarto más lejano para poder ver la calle y saber qué es lo que sucede afuera o ponerme en el cuarto más cercano a las escaleras para poder irme corriendo en cualquier situación. Creo que me quedare en el más cercano a las escaleras, el estar cerca de ellas ya me causa más confianza, luego de lo que paso hoy en la mañana ya no veo importancia en saber si hay algo afuera, ya que comprobé que aun así esos seres se pueden escurrir. Siempre suelo encontrar casas o edificios altos con la idea de colocar trampas en los primeros pisos, para tener ventaja sobre los monstruos, pero nunca lo puedo hacer.

Espero que esta vez sea diferente, que pueda acoplarme y poder poner seguridad en la entrada y en pisos de abajo. Pero supongo que lo hare mañana, luego de conseguir comida, claro está. No sé si acostarme, veo mi nueva habitación, es algo pequeña, hay una camilla donde dormiré, veo distintas máquinas, no se para que sirven. Siento escalofríos en el cuerpo, veo agujas tiradas en el suelo y logro distinguir sangre, sangre seca, pero ahí está. Sé que debería estar acostumbrado aunque sea a un poco de sangre, después de todo lo que he vivido. Pero ciento que nunca podre tolerar ese líquido rojo y viscoso, tal vez sea a causa de un trauma, tal vez sea por esa vez cuando estaba con mi madre, ella acostada en el piso, sollozando, yo solo la veía, veía la sangre correr... No quiero pensar en eso, me doy media vuelta y veo que puedo hacer, sé que no podre conciliar el sueño hasta dentro de un par de horas, así que me dispongo a buscar un baño para lavarme la cara. Salgo de mi cuarto y sigo en línea recta, encuentro el baño y por sorpresa una ducha. Me desvisto y entro, abro los ojos y saco una sonrisa, hay agua caliente, siento como poco a poco cae lentamente por mi espalda y me estremece, pero a la vez me relaja. Es interesante como un acto tan simple puede hacerme conectar a mi vida pasada, cuando era solamente un niño, cuando era feliz, cuando tenía familia. El calor de la ducha realmente me puso de un buen humor, pero sé que el agua se puede gastar, así que me doy el lujo de estar 5 minutos más. Salgo de la ducha, me coloco mi ropa y ahora sí, más relajado, me acuesto y me pongo a dormir.

Me levanto en la mañana, el sol ya está saliendo, hace tiempo que no dormía tan calmado, y tanto tiempo, me levanto y veo mi mochila encima de una mesa que está al frente, no utilizare nada de ahí, así que la dejo. Bajo un piso, y de paso veo las gradas, se nota que el hospital tiene una mejor infraestructura, ya que no hay muchas rajaduras. Sigo tranquilo, mientras pienso en ir a los supermercados, pero veo algo raro. Las camillas están en otra posición de la de ayer, están arrinconadas, como si alguien las hubiera movido. Escucho una gotera, en el piso donde me encontraba. ¿Acaso deje la ducha medio prendida?, me pregunto, subo las escaleras de forma lenta sin intentar hacer nada de ruido, y lo veo. Otra de esas criaturas tomando el agua de forma desesperada, distingo su cuerpo, este está más flaco, se nota su vertebra resaltando en su espalda, su pálido ayuda a que sus huesos se noten, y me sorprende que aunque este encorvado se note su gran tamaño. Escucho su jadeo y el agua cayendo al suelo luego de haber sido más tomada por este ser. Me doy media vuelta, empiezo a bajar las gradas de forma lenta, procuro no hacer ningún ruido, veo todo con lo que pueda hacer algún sonido y lo evito. Baje dos pisos, faltan otros dos, ya no puedo escuchar a la bestia, pero sé que está ahí, aunque no sé si sigue tomando agua. Pero de repente escucho más ruido debajo, me paralizo, hay otro de esos seres debajo mío y siento como torpemente sube las escaleras, mi respiración acelera y vuelvo a escuchar los latidos de mi corazón, siento como golpea las paredes en caga giro que da y como su jadeo cada vez se hace más y más fuerte. Cada vez lo siento más cerca, no hay tiempo que perder, giro a mi izquierda y entro en el primer cuarto que encuentro.

Me escondo debajo de la camilla y suplico porque aquel monstruo no entre. Él ya llegó a mi piso, lo sé, pero no se precipita a entrar o a buscarme, más bien sigue subiendo sin ni siquiera percatarse de mi presencia. ¿Acaso está subiendo para tomar agua? Lo más probable es que sí, pero me sorprende que la puedan sentir y saber que hay agua cerca. Eso significa que pronto habrá más, me dispongo a salir, sigo bajando las gradas y acelero más el paso, llego al primer piso y veo la puerta, sé que debería ir despacio, pero siento un impulso que me lleva a correr, mis piernas se mueven por si solas, es como si mi instinto me pidiera a gritos que corriera, me dirijo a la entrada y salgo. Llego a la luz del sol, entro en conciencia de mí mismo, pienso en irme corriendo lo más lejos posible. Pero algo falta, me doy cuenta que deje mi mochila adentro.

Pienso en la posibilidad de dejarla ahí, pero me acuerdo de algo, me acuerdo de las fotos que tengo, esas fotos con amigos y familiares, no sé qué hacer, no sé si volver o dejarlo en el pasado. No, tengo que volver, si hay algo que me ha dado fuerzas todo este momento han sido los recuerdos que me traen esas fotos. Me paro en frente de la puerta, veo la oscuridad que hay en ella y me dispongo a entrar, pero antes armo un rápido plan, el cual consiste en ir lo más despacio a mi cuarto y sacar la mochila, ya luego ver cómo salir.

Entro al edificio, no escucho nada, todo se ve como cuando llegue por primera vez, me muevo lento y con cuidado, sé que ya no hay vuelta atrás, mi corazón se acelera, siento como empiezo a respirar más rápido, pero me controlo. No puedo comportarme así sin ni siquiera haber empezado a subir las gradas, tomo aire y empiezo a subir, cada escalón es un martirio, es una sensación agobiante, tal como desangrase y ver la sangre corriendo, pero aun así, abriendo más la herida. Llego al segundo piso y no escucho nada, me pongo alerta, sé que esos seres estaban dos pisos encima, pero ya no puedo más. Mi cabeza me revienta y el silencio es aterrador, sé que pueden salir de cualquier lado, sé que pueden estar arriba o detrás mío. No sé qué hacer, me arrepiento, quiero volver, no me siento capaz de seguir, mi respiración se vuelve a acelerar. Pero no, tengo que seguir, afronto la terrible idea de mi posible muerte, pero creo que ya viví más que suficiente. Vuelvo a tomar aire y sigo subiendo.

Al llegar al tercer piso vuelvo a escuchar las gotas cayendo, me empiezo a poner más nervioso de lo que estoy, me propongo a subir, pero no puedo, mi cuerpo está paralizado, por completo. Me concentro en que tengo que subir y lo hago, cada escalón se vuelve eterno, siento que me estoy guiando a mi propia muerte, pero ya no importa. A entradas del cuarto piso asomo la cabeza, y observo al alrededor, no hay nada, solo veo la tubería rota por la cual aún sigue saliendo el agua y nada más. Con mucha inseguridad me dirijo a mi cuarto, vuelvo a asomarme y la veo, mi mochila está en la mesa, entro despacio y la agarro, pero primero me percato de que aún están las fotos, veo la pistola, y sin pensarlo mucho la saco. Me coloco la mochila y salgo del cuarto, ruego y suplico por no encontrarme con ninguno de esos seres. Empiezo a bajar las gradas, con más velocidad de lo que debería, pero siento como las ganas de salir aumentan con el paso del tiempo. Bajo sin pensármelo hasta el segundo piso, pero cuando me dispongo a girar para seguir con las escaleras lo veo, estaba de espaldas, sé que no me vio, pero pierdo el control. El susto me hizo gritar, apunte a la bestia con la pistola y dispare, dispare dos veces seguidas hasta que se dio la vuelta. Todo esto paso en un par de segundos, pero a mí me pareció vivirlo en cámara lenta, intento seguir disparando mientras se me escapan los gritos, pero el brazo del monstruo llega a dar un golpe a la pistola lo suficientemente fuerte para que esta salga volando. Me doy media vuelta para subir corriendo las gradas, pero veo como ya el otro estaba a 3 metros detrás mío. Solo me queda una opción, y es salir corriendo al pasillo, y eso hago, empiezo a correr y escucho los gritos, esos gritos de odio e impureza. Corro, no paro, muevo una camilla para tratar de estancarles el paso, pero ellos están más desesperados y no les interesa nada de lo que este en el camino. Aceleran el paso, y ya están por atraparme, veo el fondo del pasillo, yo lo sé, ellos lo saben, sé que me atraparan. Pero veo una ventana en el final, no lo pienso, no dudo, solo me impulso y salto. Siento como mi cuerpo rompe la ventana como a la vez que siento como el monstruo choca con mi cuerpo, veo el piso acercándose y de repente mi cuerpo golpea el cemento de la calle.

Estoy aturdido, intento pararme pero no puedo, solo distingo un grito, era el grito de la bestia que callo a mi lado, se está retorciendo y cada vez grita más fuerte y chillante, me lastima los oídos. Sigue retorciéndose, veo sus "brazos" agarrándose la cara, intentando cubrirse de la luz del sol, sigue así por un momento hasta que finalmente para. Veo como cae y veo como deja de respirar, su cuerpo se sacude un poco y deja de moverse.

Intento levantarme una vez más, pero me vuelvo a marear, aprecio la sangre que brota desde mi brazo, es mucha sangre. Mis ojos empiezan a cerrarse y no puedo evitarlo, mi cuerpo completo cae al piso, y antes de cerrar los ojos, puedo distinguir unas dos formas borrosas a lo lejos del camino.

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⏰ Last updated: May 31, 2019 ⏰

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