Epílogo

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Aún no había terminado con la taza de café, la cual ahora estaba fría. Reposaba sobre la mesa de la cafetería. Ya eran las tres y todavía él no aparecía.

Voltee por la ventana y me encontré con pequeñas gotas de lluvia resbalando por ella, parece que se acerca una tormenta.

En media hora tengo que estar en la universidad y él no aparece por ningún lado.

- Maldición -dije rodando los ojos levantándome para pagar el café caliente que había pedido hace una hora.

La campana del lugar sonó avisando que llego un nuevo cliente.

- ¡Lamento la demora! -dijo sentándose en la silla en frente de mi.

Sus labios estaban rojos y su cara pálida. Estábamos en invierno y el frío era terrible.

- Siempre pasa lo mismo contigo ¿Por qué nunca puedes llegar a tiempo?

- Lo sé, lo sé. Perdóname en serio, hubo un accidente y llegaron varios heridos al hospital y tuve que quedarme a apoyar. En esta época del año es donde ocurren más accidentes ya que las carreteras están congeladas.

- Bueno... -dije esquivando la mirada. No estaba molesta realmente, desde el principio sabía lo difícil que eran sus prácticas. Y si quería que fuera un buen doctor tenía que hacerlo.

- Kate, cariño. Te lo recompensaré ¿sí? De verdad lo siento.

- Mm... De acuerdo.

- ¿De verdad? -pregunto arqueando una ceja. Sonreí para que no se preocupara más.

- De verdad -tome una de sus manos- De todas maneras si no fueran por esas prácticas tan molestas en el hospital no nos hubiéramos conocido.

El sonrió y soltó un suspiró- Tienes razón.

Aún recuerdo la primera vez que lo vi.

- ¿Eres Kate verdad?

Una sonrisa nostálgica llega hasta mí.

Luego de leer su carta me quedé llorando por otra hora más hasta que llegó la noche.

Él entró y me encontró dormida, me despertó y se ofreció a llevarme a casa ya que su turno había terminado.

Nos tomamos de la mano y salimos juntos de la cafetería.

- Seamos sinceros. No hubiera sucedido nada entre nosotros si no fuera por mis habilidades de seducción -dijo rebotando las cejas, no pude evitar reír.

Una gota cayó sobre mi nariz.

- ¿Trajiste un paragu... -mi pregunta quedó en el aire cuando levante la mirada y vi un paraguas sobre mi. Él me abrazo de lado y juntos empezamos a caminar.

- No fue nada fácil -dije recordando todas esas veces en que le cerré la puerta en la cara.

- Será por que una personita se hizo la difícil.

- Eran tiempos difíciles.

- Lo sé.

Ambos cruzamos corriendo la pista antes de que cambiara el semáforo, se me hacía tarde para llegar a la universidad y por lo visto mi querido novio no trajo su automóvil.

- Oye, tengo videojuegos que ya no uso. Se los quería dar a tu hermano.

- Si quieres deselos hoy, más tarde iré a casa ¿Cenaras con nosotros?

- Claro -dijo acercándose y depositando un suave y cálido beso en mis labios.

Paramos un taxi y juntos nos subimos. Y aún tomados de las manos observábamos la ciudad a travez de la ventana mientras íbamos hacía mi universidad.

No puedo creer lo feliz que me siento ahora, volteó y veo al chico que tengo que aprieta mi mano. Y estoy segura de lo mucho que lo amo.

Después de que Dan murió Josh a sido de mucha ayuda para mí. Como paraba todo el día en el hospital siempre me lo encontraba cuando acompañaba a mi abuela y el siempre aprovechaba cualquier momento para acercarse a mi e invitarme a tomar algo.

No fue fácil superar a Dan, hasta el año pasado lloraba al escuchar su nombre, pero ahora lo tengo como un hermoso recuerdo que siempre estará en mi mente y en mi corazón.

Gracias por todo Dan.

Fin.

Amor Perdido/completaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora