|Without|

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Sus ojos.

Sus hermosos ojos negros que me observaban desde la ventana del vehículo policial. Y su expresión. Aquel bello rostro ahora desfigurado por el horror, la decepción, la confusión y el enojo.

Sobre todo enojo.

Y los míos, observándolo desde mi preciada libertad con una sonrisa amarga mezclada con el dolor de mil infiernos juntos.

Mi corazón me pedía a gritos que fuera a por él, que no le dejara ir, decirles a los oficiales que todo fue un jodido error. Sin embargo, mi cabeza me decía que estaba haciendo lo correcto.

Así que simplemente me di la vuelta e ingrese a mi apartamento.

Y ahí por fin me permití llorar como nunca antes lo había hecho en toda mi maldita vida.


...


Ya habían pasado cuatro horas desde que se fueron los oficiales con el amor de mi vida. Mis ojos se quedaron sin lágrimas pero mi pecho aún sigue doliendo. ¿Cómo demonios vuelvo a juntar mi estúpido corazón? Nunca lo sabré.

Entre al baño y no me moleste en observar mi rostro en el espejo, no quería que me recordaran mi lamentable estado en este momento. Pero vi la tina en el reflejo así que simplemente me di la vuelta y entre en ella sin siquiera tomarme la molestia de llenarla de agua. En ese momento, en ese jodido momento, si el espejo no me recordó que tan lamentable era, mi cabeza sí lo hizo. Por un demonio que sí lo hizo.


...


Me gradué.

Maldita sea que aún no me creo que me haya graduado de la universidad con el título de ingeniero de sistemas y computación. Me sentía un jodido campeón. Y no sólo yo, los otros cinco que venían conmigo también se sentían como unos jodidos campeones entrando al bar local como dioses.

Nos sentamos en la barra y observe el lugar: Las mesas llenas de botellas tanto vacías o recién destapadas y preparadas para ser consumidas, las personas bailando en una pista al fondo del bar y otras sentadas, hablando con sus amigos sobre lo desgraciada o emocionante que era su vida. Por otro lado, las paredes eran de un color marrón y la iluminación era opaca pero suficiente. Y delante de mí estaba una cerveza bien fría, un montón de licor ubicado en los estantes y un barman guapísimo pero que tristemente no era mi tipo.

Los chicos empezaron a conversar sobre la universidad y sus planes a futuro ahora que ya se graduaron. Me iba a integrar a la charla, pero en ese momento fue cuando escuche una voz grave detrás de mí.

-Hola- me gire y contemple a un dios. Cabello negro, alto, brazos con una musculatura divina al igual que sus piernas, pectorales celestiales y un rostro perfecto.

Un jodido dios del olimpo que ha venido a bendecirme.

-Hola- Le respondí de una forma coqueta pero tímida a la vez. ¿Cómo lo hice? No tengo ni la menor idea. El dios sonrío y juro que me morí de un ataque al corazón pero de alguna forma reviví en cuestión de segundos.

-¿Puedo sentarme?- Señaló la silla que estaba a mi lado y asentí con una sonrisa. Si antes me sentía como un campeón ahora me siento como si hubiera conquistado el universo. - ¿Cuál es tu nombre?- me preguntó mientras le pedía al barman una cerveza.

-Jimin. Park Jimin- Contesté y le pregunte de igual modo- ¿Y... cuál es el tuyo? - Me moría de ganas de besarle, no podía apartar mi mirada de esos labios finos que me llamaban a gritos y exigían mi atención.

Without Me  ~JK x JM~ Two ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora