Capítulo único

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Corría el año 1966, la banda estaba comiendo y emborrachandose, cada uno con sus respectivas parejas. Cynthia Powell, novia de Lennon por aquél entonces, comenzó a contar sobre el día en el que se conocieron. Pero al ver como sus compañeros se reían sobre la historia, John le propinó una bofetada. Paul trató de impedirlo, pero ella, cansada de que John siempre responda de esa manera dijo:

—Tranquilo Paul, estoy acostumbrada.—Mientras que de su mejilla corría una lágrima.

Paul le hizo una seña de "Luego hablaremos de esto" a John para no generar problemas frente a sus amigos, pero John, que estaba ya hebrio, gritó:

—¡No te metas en mi vida, Paul! ¿No te conformas con arruinar mis canciones con tu estúpida voz de niño, o qué?

McCartney, enfadado, no quiso quedarse atrás, y le golpeó en la cara a John, lo que hizo que una tremenda pelea se desatara. Sus compañeros trataron de detenerlos, pero parecía casi imposible. Al final, Paul se rindió, y marchó a su casa junto a Linda, su novia, y su perrita, Martha, quien los había acompañado aquella noche.

Al día siguiente, Linda había montado un plan. Había hablando con Cynthia para que la ayudara. El plan consistía en reunir a John y a Paul para que hicieran las paces de una vez. Obviamente, tenían que reunirlos sin que se dieran cuenta, así que prepararon una cita donde las chicas montarian una cena en un restaurante con sus novios. Pero en el momento de la cita, ninguna de las dos se presentaría, dejando a los dos músicos a solas.

Pusieron el plan en marcha.

—Paulie, cielo.

—¿Sí? —contestó sonriente.

—¿Te apetece que vayamos fuera a cenar esta noche?

—¡Me encantaría! ¿A qué hora y dónde?

—A las nueve...en ese restaurante que me gusta a mí tanto. Ya sabes, donde nos vimos por primera vez.—Sonrió.

Paul aceptó sin dudarlo ni un segundo.

Cuando llegó la hora, Paul se dirigía hacia el lugar de la cita. Linda "llegaría más tarde", pues se quería vestir muy elegante. Paul conducía su coche favorito. Lo aparcó en la entrada y entró, llamando al Hostess para que lo llevara al sitio que había reservado. Se llevó una enorme sorpresa cuando vio que en su sitio estaba su "enemigo".

—John, ¿qué demonios haces aquí?

—¿Cenar? Sabía que eras cortito, pero no pensé que tanto. También espero a Cyn.

—Veo que sigues tan grosero como siempre. Y para empezar, éste sitio es mío. Yo he quedado aquí con Linda.

—¿Te faltan neuronas? Yo he reservado aquí hace unas horas. ¡Hostess! ¡Venga!—Se acercó a ellos dos.

—¿Algún problema?

—Yo he reservado esta mesa para cenar con mi pareja —dijo John.

—¡Y yo igual! —exclamó Paul, enfadado.

—Oh, pensé que ustedes dos eran... Perdonen la confusión.—Se disculpó el recepcionista.

—Encima me llama gay el muy...mira, no pienso aguantar más esto. ¡Que te den, cerdo! —gritó eso último en la cara de Paul.

—A mí no me llamas cerdo, gordo de mierda.

—¿Qué me has llamado?

—Puta foca asquerosa.

Empezaron a propinarse insultos bastante fuertes y duros, hasta que les echaron del restaurante. Pero la pelea continuó en la calle.

Las pareja de ambos volvieron para ver qué ocurría. Y se esperaban de todo menos a John ahorcando a Paul.

—¡John, para, lo vas a matar! —gritaron las chicas al unísono, al ver a Paul casi de color azul. A punto del desmayo.

—¡Esa es la idea!—Y aprentó más fuerte.

Las chicas consiguieron separarles al fin. Intentaron recogieron a Paul, que estaba un poco inconsciente.

—Cielito, ¿estás bien? —Linda acarició su mejilla. Él asintió con la cabeza y se levanto un poco débil.

Con las pocas energías que le quedaban, sólo dijo una cosa:

—John, que sepas que eres lo peor que me hayas podido pasar. Espero no tener que verte nunca. Y lo siento por ti, Cyn.

Luego de eso se subió a su auto junto a su chica. Y conducieron rumbo a casa.

—Tranquilo, bastardo. Que yo seré lo último que veas antes de morir.

—¿Por qué dices eso, John?

John no lo dijo en vano. Antes, durante la pelea del restaurante, John aprovechó un despiste de su compañero para agujerear una de las ruedas del coche.

Y así fue como Paul murió en un accidente de coche. Linda fue la única superviviente de aquella tragedia. Ella sabía quién había sido y por qué lo había hecho. Y en venganza, decidió cobrarle con la misma moneda, contratando a Mark Chapman para que lo matara.

Fin

Espero que os haya gustado. Es mi primera vez escribiendo historias cortas, así que no seáis muy duros.

Die And Let LiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora