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Nawon dibujaba en su libreta mientras reposaba sentada en la vereda del parque. Las 7 de la noche era el único momento en el que podía estar tranquila: nadie transitaba el lugar a esas horas.

El aire tocaba su rostro y ella disfrutaba el silencio.

Claro, hasta que llegó él.

Extrañada levantó la vista encontrándose a un chico quien andaba en skate mientras se grababa cantando una canción. Trató de ignorarlo y continuar concentrada en su libreta, mas le fue imposible. Consideró pedirle que se callara, pero su timidez no se lo permitía.

¿Y si tal vez...?

—Di-disculpa -llamó la atención del chico—. ¿Podrías dejar de hacer tanto ruido? No me dejas concentrarme...

El chico la miró elevando una ceja; oh, clara expresión de desagrado.

—El parque no es solo tuyo. Si yo quiero puedo patinar.

Qué ser más desagradable.

El chico siguió en lo suyo y Nawon se obligó a tratar de seguir con su obra. Nada. Miró al joven, él seguía en lo suyo. ¿Se estaba grabando para TikTok o qué?

El pelinegro paseaba dando vueltas por todo el parque, incluso cruzando frente a ella. Llego un momento que pasó tan cerca que Nawon tuvo que doblar sus piernas para que él no cayera.

Fue entonces cuando una idea pasó por su mente. La de cabellos cenizas formó una sonrisa maliciosa antes de esperar a que el chico cruzara frente a ella para estirar su pierna de repente.

Mala idea. El chico no solo cayó, salió rodando hasta raparse la pierna. Aunque eso no era lo que a Nawon le importaba.

—Mi pierna... —murmuró sobándose la zona adolorida.

Sus ojos voltearon a ver al chico, quien se ponía en pie mirando su rodilla. Esta sangraba levemente. Nawon tomó sus cosas y trató de huir, pero el chico la detuvo atrapándola del brazo.

—¿Qué diablos te sucede? —sus cejas fruncidas exigían una explicación.

La chica lo pensó un poco antes de responder. Miró hacia abajo y entonces lo supo.

—No fui yo, fue mi pie.

El chico abrió sus ojos a más no poder.

¿Funcionó?

No pudiendo mirar más, trató de centrarse en sus zapatillas. Hasta que oyó su risa. Sorprendida elevó la mirada y se encontró con el chico teniendo sus ojos cerrados y una gran sonrisa expresada en sus esponjosos labios.

Nawon se percató justo allí que el chico sí que era lindo. No, precioso.

El de cabellos oscuros soltó su brazo y tocó su estómago.

—Duele... —soltó bajito sin parar de reir—. Ay —respiró ondo—, eres muy graciosa.

Nawon no supo qué decir.

—¿Qué dibujabas? —preguntó sentándose donde ella antes lo hacía.

Tardó un poco en reaccionar antes de copiar la acción.

—No toques eso —alejó la libreta de sus manos.

—Aguafiestas —murmuró él.

La chica lo miró con sus mejillas rojizas del enojo. No supo qué decir. Por último, decidió hacer una de sus cartas.

Huir.

—Hey, ¿a dónde vas? —preguntó Jinnie—. No te vayas~

Volvería a aquel infierno.

Volvería a aquel infierno

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uwuAhre

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Ahre

— d e s i r e —

ꜱᴋᴀᴛᴇʙᴏᴀʀᴅ - ʜᴡᴀɴɢ ʜyᴜɴᴊɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora